Inmediatamente después del desastre, el martes 1 de mayo, solamente tres personas habían sido declaradas desaparecidas, incluido un hombre que estuvo a punto de ser rescatado segundos antes del súbito derrumbe del edificio.
«El departamento continúa la búsqueda, actualmente con 31 vehículos, 78 bomberos», tuiteó el destacamento de bomberos. Hay «44 desaparecidos».
No hubo más indicaciones sobre el alto número de desaparecidos, sobre si se consideraba más probable que hubieran muerto y estuvieran sepultados en los escombros o simplemente que no estaban en el lugar cuando estalló el incendio.
En los años 1980 el edificio llegó a ser la sede de la Policía Federal en la ciudad y su decadencia empezó a partir de 2001, siendo ocupado por 146 familias sin techo, careciendo de las mínimas medidas de prevención de incendios, dijeron los bomberos.
Sao Paulo es la capital financiera de Brasil y la ciudad más poblada de Sudamérica, pero sufre de una gran desigualdad económica.
Las familias pobres con frecuencia ocupan edificios abandonados o levantan carpas en terrenos baldíos, en ocasiones lindantes con barrios acomodados.
El presidente Michel Temer, cuyo nivel de aprobación no alcanza los dos dígitos, fue objeto de un recibimiento hostil cuando visitó el martes brevemente el edificio, de propiedad federal y cedido actualmente a la alcaldía. «¡Queremos viviendas!», coreaba la multitud, cuando el mandatario partía apresuradamente.
Fuente: El Telégrafo