En un comunicado, dicha comisión informó de algunos de sus progresos desde su creación a inicios de 2014 y tras la cuarta asamblea que celebraron en Roma la pasada semana.
Entre las propuestas, para que sean sometidas a la atención del papa Francisco, está la de «recordar a todas las autoridades de la Iglesia la importancia de una respuesta directa a las víctimas y a los afectados que se le acerquen».
Asimismo, instaron al pontífice argentino a instituir una «Jornada Universal de Oración» por las víctimas de la pederastia y una «liturgia penitencial», una oración dedicada al arrepentimiento y deseo de reconciliación.
En la nota se anuncia que este año se han programado algunos seminarios con la participación de colaboradores externos para poder establecer «mayor transparencia sobre los procesos canónicos» relativos a los casos de abusos a menores.
Además, en la próxima asamblea plenaria, prevista para el próximo septiembre, se presentará un informe con algunas recomendaciones y se activará una página web en la que se publicarán «Las Buenas Normas para la Tutela de Los Menores en el Mundo».
En estos meses de trabajo, los miembros de la comisión han mantenido contactos con numerosas Conferencias Episcopales y han presentado el tema de la tutela de los menores a Conferencias de Religiosos y Congregaciones de varias partes del mundo como Filipinas, Austria, Nueva Zelanda, Costa Rica, entre otras.
De estas reuniones y seminarios han surgido iniciativas como la oficina para la protección de menores creada por la Conferencia Episcopal filipina.
Se informó además que en la próxima semana en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma se celebrará el primer curso de estudios para conseguir un diploma en la protección de los Menores.
En el encuentro de septiembre, la Comisión tendrá como «objetivo estratégico el de proteger a los menores en las escuelas católicas».
La Comisión está presidida por el cardenal Patrick Sean O’Malley y sus miembros son el religioso colombiano Luis Manuel Ali Herrera, director del Departamento de psicología del seminario de Bogotá; el teólogo argentino Miguel Yáñez; el filipino Gabriel Dy-Liacco, psicoterapeuta; el neozelandés Bill Kilgallon, director de la Oficina profesional de la Iglesia católica de Nueva Zelanda o la monja de Zambia Kayula Gertrude Lesa, experta en protección de menores.
También la monja sudafricana Hermenegild Makoro, la australiana Kathleen McCormack, experta en servicios para la familia, y la estadounidense Krysten Winter-Green, que se ha ocupado del tratamiento de curas responsables de abusos, entre otros.
Entre sus miembros se encuentra también la víctima de abusos en su niñez por parte de curas y activista, la irlandesa Marie Collins.
Durante esta asamblea se comunicó que uno de sus miembros, el inglés Peter Saunders, fundador de la Asociación Nacional de Personas que sufrieron abusos en la Infancia (NAPAC, en sus siglas en inglés), había decidido abandonar.
Aunque en el comunicado no se explicaron las razones del abandono de Saunders, éste había ya manifestado su malestar por cómo se habían tratado algunos de estos casos actuales de pederastia y había expresado su contraposición ante algunas decisiones del cardenal George Pell, que dirige la Secretaria de Economía del Vaticano.
Saunders había criticado la posición de Pell ante las denuncias de pederastia en el seno de la Iglesia Católica de Australia, así como que hubiera rechazado declarar en algunos juicios alegando problemas de salud.