Acto seguido, se emprendió una caravana policial que se dirigió por la vía Manta-Montecristi hasta llegar a Portoviejo, debido a que en la Unidad de Vigilancia Comunitaria (UVC) tenían preparada una capilla ardiente, donde lo acogieron sus familiares, amigos, autoridades civiles, policiales y agentes de varias unidades.
Se celebró una misa en la que participó Carina Argüello, subsecretaria de Seguridad del Ministerio del Interior; el general Milton Zárate, jefe de Estado Mayor; el coronel Freddy Ramos, comandante de la zona 4; Xavier Santos, gobernador de Manabí. También estuvo presente José Serrano, exministro del Interior.
Ascenso y condecoración
Finalizada la eucaristía, el general Zárate intervino y expresó las sentidas condolencias a los familiares, indicando que esta muerte no quedará en la impunidad y para garantizar esto, Diego Fuentes, ministro del Interior, permanece en el lugar donde ocurrió el hecho violento. El uniformado dio a conocer del ascenso post morten del policía José Mejía al grado de cabo segundo y la asignación de la condecoración al Valor, por haber demostrado actos de excepcional valor en el desempeño de sus funciones.
Carina Argüello también se dirigió a los presentes y brindó un saludo solidario de Rafael Correa, presidente de la República, y del ministro del Interior. “Expreso nuestro absoluto apoyo a la familia, no están solos, estamos con ustedes. Ha sido un golpe duro para todos. Es un momento de tristeza por la partida de nuestro compañero, quien tuvo la decisión de ingresar a la Policía Nacional con su sueño y vocación de servir a la comunidad. Él partió haciendo lo que amaba”, indicó la funcionaria.
Lucha por la paz
El manabita José Luis Mejía Solórzano tenía 29 años de edad. Iba a cumplir cuatro años de servicio en la Institución policial y laboraba en la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) de Portoviejo. La tarde del miércoles 14 de diciembre perdió la vida, luego de que un grupo fuertemente armado atacó a quemarropa a uniformados y militares que brindaban seguridad en el campamento La Esperanza del sector Panantza. El funcionario policial tenía una hija de 6 años de edad.
“Como Policía Nacional estamos rindiendo un justo homenaje en su cuartel, donde todos sus amigos queremos decirle adiós a nuestro héroe con todos los honores que él se merece. Él ha ofrendado su vida y nos deja una gran lección y fortaleza para que los policías sigamos luchando por esa tan anhelada paz que todos los ecuatorianos nos merecemos”, mencionó el coronel Freddy Ramos.