En la baranda del Palacio de Carondelet, las expresiones de tristeza se advertían en el rostro de Cinthya Díaz, esposa del vicepresidente Jorge Glas, quien ayer lloraba y posaba su mejilla en el hombro de su marido, cuando le cantaban ‘Hasta siempre’ al presidente Rafael Correa, como un gesto de despedida en el habitual cambio de Guardia que se hace los lunes en la Plaza Grande.
Correa también lloró. Sus dedos índice y pulgar limpiaban sus lágrimas al escuchar una composición musical del cantante Damiano, e interpretada ayer por un grupo de artistas ecuatorianos, que le decían que “todo se cumplió”, y “hasta siempre presidente”, desde una pequeña tarima.
Cientos de militantes de Alianza PAIS (AP) y admiradores del mandatario se concentraron para verlo y despedirse de él. Otros para pedirle que vuelva en el 2021 y, sobre todo, mujeres que le gritaban: “¡Bello, lánzame un piquito!”.