Los equipos de rescate siguen trabajando para sacar a 17 mineros atrapados en una mina de yeso que se derrumbó el pasado día de Navidad en la provincia de Shandong (en el este de China), un incidente del que aún no se conocen las causas.
Según ha informado la agencia estatal Xinhua, el equipo de rescate ha excavado más de 200 metros bajo tierra, pero todavía no han encontrado supervivientes aunque consiguieron contactar con cuatro de los mineros atrapados, que están en «situación estable» y han sido abastecidos con comida, ropa, medicinas y linternas.
El accidente sucedió el pasado 25 de diciembre en esta mina de yeso de la zona de Pingyi donde estaban trabajando 29 personas, de las cuales once escaparon, una murió y el resto sigue atrapado sin saberse su estado (excepto los cuatro mineros que han conseguido contactar con el equipo de rescate).
Según Xinhua, el rescate es lento dada la complicada «situación geológica» de la zona y el miedo a que se produzca otro derrumbe en la mina.
Después de que se iniciara el rescate, el dueño de la mina participó en las tareas de ayuda, aunque se suicidó el pasado día 27.
El jefe del Partido Comunista, el gobernador y dos subdirectores de Pingyi (zona donde se encuentra la mina) han sido expulsados de su cargo y varios ejecutivos relacionados con la explotación están bajo investigación judicial.
El derrumbe en la mina fue de tal magnitud que generó un temblor equivalente al de un terremoto de 4 grados en la escala de Richter y fue detectado por el Centro de Redes de Terremotos de China.