Rubén Flores, ministro de Agricultura de Ecuador, señaló que entre las acciones concretas, impulsadas desde el país para controlar el flujo de mercancías, está impulsar la creación de centros integrales. Permitirán hacer “un control inteligente”.
Estos fortalecerán el cruce de información con autoridades de otros países y contarán con bases de datos. “Es importante entender que las fronteras son vivas y vivísimas. Hay un flujo natural que en un contexto de economía dolarizada es complejo”, indicó el funcionario.
Resaltó que los precios de frontera tienen una brecha importante frente a los precios domésticos. Los dos centros, que fueron calificados como urgentes, estarán: en la frontera norte entre Ipiales y Tulcán; y en el sur, entre Huaquillas y Aguas Verdes. Dependiendo de un estudio de los diferentes flujos y las vías utilizadas en las zonas fronterizas, el Servicio Nacional de Aduana de Ecuador (Senae) deberá definir cuántos más de estos centros son necesarios construir.
Flores defendió la decisión de Ecuador de imponer una tasa para el control aduanero, que le permita al país adquirir herramientas para combatir el contrabando. Según cifras oficiales, el perjuicio al Estado es de alrededor de $ 2.000 millones anuales.
Su similar de Colombia, Juan Guillermo Zuluaga señaló que se trabaja articuladamente con Ecuador para enfrentar la problemática. Una muestra son los comités binacionales que permiten dar seguimiento a las acciones de control fronterizo.