El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, anunció hoy un amplio programa de vivienda y acogida de damnificados en la zona costera de su país, que el pasado 16 de abril fue asolada por un potente terremoto de magnitud 7,8 en la escala de Richter.

El mandatario, en su habitual informe de los sábados, indicó que el programa incluye un plan de corto plazo para que los damnificados, ahora en albergues temporales, puedan alquilar viviendas o ubicarse en hogares de familias que los acojan.

Un segundo plan, de medio plazo, supone la entrega de bonificaciones para la construcción de viviendas permanentes en zonas seguras y con todos los servicios básicos.

Correa señaló que el programa se financiará con fondos de contingencia ofrecidos por organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Además, indicó que los beneficiarios deberán constar en un censo, denominado «Registro Único de Damnificados» por el terremoto, que se ha levantado en los últimos días.

Asimismo, enfatizó en que las personas que habitaban en zonas de riesgo, deberán ser reubicadas a sitios seguros. «Arreglamos ahora o nunca este gravísimo problema del país», apostilló Correa.

El mandatario recordó que hay unas 7.000 familias de zonas urbanas devastadas que ahora se encuentran en albergues temporales, a los que se intenta beneficiar para que cuenten con una «vivienda digna» y abandonen cuanto antes los refugios.

El albergue temporal debería ser «el último recurso» y perentorio para mantener a los afectados, señaló el gobernante tras señalar que si hay personas que quieren quedarse en esos refugios, lo hagan «por el menor tiempo posible».

Indicó que el Gobierno entregará un bono de 10.000 dólares a las familias damnificadas para la construcción de «viviendas sociales», con un «co-pago» de 1.000 dólares por parte del afectado, que dispondrá de facilidades de pago a 36 meses y un año de gracia.

Para familias que tengan personas con discapacidad, el bono ascenderá a 11.200 dólares y un «co-pago» o contrapartida del afectado por 1.000 dólares.

Asimismo, el Estado ofrecerá un bono para reparación de viviendas, que hayan sufrido daños menores, de máximo 4.000 dólares, con un «co-pago» de 400 dólares por parte del afectado, pues se considera que un monto mayor supondría que sería mejor construir una nueva casa.

Además, se ofrecerá un bono de hasta 9.000 dólares para familias de clase media o alta que deseen adquirir viviendas de hasta 70.000 dólares.

Correa indicó que las casas edificadas por iniciativa de organizaciones no gubernamentales (ONG) o municipios, para donación a los damnificados, deben ser antisísmicas, ubicadas en zonas seguras y contar con todos los servicios básicos.

El mandatario señaló que como soluciones a corto plazo también se incluye el plan para alquiler de viviendas o pisos, en cuyo caso el Estado aportará con un bono de hasta 135 dólares.

Si los damnificadas optan por ir donde familiares, se dará a la familia que los acoja dicho bono por alquiler y 15 dólares más por los servicios básicos, además que los afectados contarán con un bono de 100 dólares mensuales por tres meses para alimentación, financiado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Correa también hizo un llamamiento a los damnificados que se encuentran aún en albergues improvisados por ellos mismos, generalmente cerca de la zona donde perdieron sus viviendas, a que acudan a los refugios oficiales que cuentan con todos los servicios básicos, incluida la seguridad.

El terremoto del pasado 16 de abril, que asoló un sector de la costa norte de Ecuador, dejó 660 muertos, 7.633 familias albergadas y multimillonarias pérdidas materiales.

El potente sismo devastó la provincia de Manabí y el sur de su vecina de Esmeraldas, donde el Gobierno planea acometer un amplio programa de reconstrucción y reactivación económica