Era una semifinal de mucha atención, no tanto por el poderío de las selecciones, sino por el enfrentamiento de dos de las estrellas del Real Madrid y la expectativa por el desempeño de una selección galesa que había sido la revelación de la Eurocopa.
Tras la eliminación de Islandia, Gales llegaba como la cenicienta que ha tumbado todas las estadísticas.
Mientras que Portugal, sin tanto brillo, llegó confiado en la eficacia de Cristiano Ronaldo en momentos decisivos, y no defraudó.