En una nota oficial leída en la televisión local, los cancilleres de Corea del Norte, Ri Yong Ho, y de Cuba, Bruno Rodríguez, reclamaron «respeto a la soberanía, la independencia, la libre determinación de los pueblos, el no uso ni amenaza del uso de la fuerza (…) y la no injerencia en los asuntos internos».
La visita del canciller norcoreano a Cuba se produce después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, volvió a poner a Pyongyang en la lista de países que patrocinan el terrorismo, una designación que permite imponer nuevas sanciones contra el aislado país asiático.
Corea del Norte está desarrollando programas de armas nucleares y misiles, desafiando unas sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y ha revelado sus planes de producir un misil capaz de impactar territorio estadounidense. El país ha lanzado dos misiles que sobrevolaron Japón.
Trump también ha incrementado la presión sobre Cuba desde que asumió el poder, dando marcha atrás a una frágil distensión iniciada por su predecesor, Barack Obama, y volviendo a la retórica hostil de la Guerra Fría.
Ambos cancilleres expresaron preocupación por la situación en la Península Coreana «ante la escalada de tensiones y el incremento de la actividad militar en la zona».
La Habana y Pyongyang mantienen relaciones políticas desde 1960, pese a la oposición usualmente declarada de Cuba a las armas nucleares.
Fuente: El Universo