«Los terroristas mataron a 13 personas inocentes, incluyendo dos bebés, en el ataque del hospital. El balance incluye también madres y enfermeras», declaró Tareq Arian.
Más de 100 personas, entre ellas tres extranjeros, fueron auxiliados por las fuerzas de seguridad afganas durante una operación que llevó varias horas.
El hospital, que dispone de una importante maternidad, se encuentra en el oeste de Kabul, donde vive la minoría hazara, blanco a menudo de ataques de militantes del grupo Estado Islámico (EI).
Este estallido de violencia en Afganistán coincide con la crisis sanitaria del coronavirus, que obliga a llevar a cabo operaciones militares en todo el país para impedir las contaminaciones.
Un pediatra, que huyó del hospital, dijo a la AFP que escuchó una poderosa explosión a la entrada del establecimiento. «El hospital estaba lleno de pacientes y médicos, y se produjo una situación de pánico total en el interior» relató, y pidió no ser nombrado.
Los servicios de maternidad del hospital están apoyados por la ONG Médicos sin Fronteras (MSF).
«Los hospitales y el personal sanitario no deberían ser atacados. Llamamos a todas las partes a que cesen estos ataques», instó el viceministro de salud, Waheed Majroh.
Una hora después, un kamikaze mató al menos a 24 personas e hirió a 68 en el funeral de un comandante de policía local, en la provincia oriental de Nangarhar, según un portavoz provincial, Attaullah Khogyani.
«Hacia las 11h, un kamikaze detonó sus explosivos durante un funeral», declaró el portavoz Amir Mohamad, uno de los heridos en el atentado, afirmó que miles de personas se habían congregado en el funeral, tipo de evento que suele aglomerar a grandes muchedumbres en Afganistán.
Nota Original: AFP – LINK