Algunas llegaron a las instalaciones del Fuerte Militar El Pintado, ubicado en el sector de la Atahualpa, en el sur de Quito, desde el pasado jueves 02 de agosto.
Su objetivo fue asegurarse un cupo para cumplir con los exámenes preliminares y, con algo de suerte, ocupar una de las 50 vacantes disponibles (199 en el país).
Sus familiares las acompañaron a pesar del frío de la noche y de la lluvia que no dejó de caer desde la noche de ayer y esta mañana. Algunos armaron carpas para protegerse de la gélida temperatura que dominó el ambiente y otros llevaron colchones para dormir en el piso. Al paisaje del cuartel también se sumaron las ventas ambulantes, que de forma estratégica alimentaron a todos quienes ‘acamparon’ en la zona.
Tras superar todas esas dificultades, a las 06:45 de hoy se permitió el ingreso de las aspirantes al patio central del recinto. Allí también se cumplió con una ceremonia de recibimiento y de inmediato arrancó el proceso de revisión de cada una de las participantes.
A escala nacional serán 5 000 los conscriptos que se unirán a las filas armadas. El primer paso a cumplir fue el registro y revisión de antecedentes. Las damas se formaron en una fila para entregar su cédula de ciudadanía y completar los pasos exigidos. Posteriormente, debieron rendir una prueba psicológica para determinar su aptitud al puesto.
La capitana Paulina Mora, jefa de Identidad de Imagen Institucional del Ejército, aseguró que hoy se deben escoger a las 50 nuevas conscriptos. “Empezamos las pruebas temprano e hicimos pasar al primer contingente. Si alguna de las integrantes de ese grupo no superaba los requerimientos se debe llamar inmediatamente a otra ciudadana. El objetivo es tener hoy el proceso de selección finalizado”, comentó Mora. “Para nosotras es un honor que se haya aperturado el espacio para las mujeres. Nosotras somos capaces de desempeñarnos en estas profesiones sin ningún problema.
Alison Cajas, una de las candidatas, hizo fila desde la noche del viernes. Ella comentó que la vida militar siempre fue un sueño que quiso alcanzar. Esta es una gran oportunidad para nosotras para demostrar que somos capaces de hacer lo mismo que los hombres. Además, nos da la posibilidad de crecer como personas”, dijo la joven de 20 años. A la par del proceso de acuartelamiento, los familiares que permanecían en los exteriores del fuerte militar reclamaron por la falta de noticias de sus seres queridos.
Otras personas, como Mercedes Chacón, señaló que no se respetaron los cupos que habrían sido entregados a quienes formaron una fila. “Entraron de forma arbitraria, no se respetaron los turnos. Nos dijeron que si íbamos al baño perdíamos el cupo, que íbamos a comer pasaba lo mismo. No tenemos esperanza de que nuestros hijos lleguen al servicio militar de esa manera”, afirmó.
Al final del día, las 50 nuevas conscriptos se unirán a otras 149 que también completaron el mismo proceso en Guayaquil, Cuenca y Manta. Ellas recibirán un sueldo de USD 120 mensuales, además de instrucción militar y académica.
Fuente: El Comercio