El resultado del estudio aporta información útil para la toma de decisiones vinculadas con la restauración de las poblaciones de las diferentes especies de tortugas de Galápagos, indicó un comunicado.
En el estudio, que se inició hace unos diez años, participaron investigadores de las universidades de Oviedo (España), Yale (Estados Unidos), la organización Galapagos Conservancy (Ecuador-Estados Unidos) y técnicos de la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG).
La investigación aparece publicada la edición mensual de la revista Nature Ecology & Evolution.
Washington Tapia, investigador de Galapagos Conservancy y asesor científico de la DPNG, explicó que el estudio de la genética de las tortugas de Galápagos ha sido históricamente una prioridad para la autoridad ambiental.
El científico precisó que se intentó descifrar el genoma del galápago gigante conocido como Solitario George cuando estaba vivo, al objeto de encontrar una explicación a su fallida reproducción.
Tapia recordó que la mencionada tortuga de la isla Pinta vivió 40 años en el Centro de Crianza Fausto Llerena, de la isla Santa Cruz y se calcula que a la fecha de su muerte (24 de junio de 2012), tenía entre 120 y 130 años de edad.
«Revelar el genoma del Solitario George es parte de una serie de estudios previos que brindan un conocimiento preciso de las poblaciones de tortugas existentes y su ascendencia», agregó.
En el estudio, expertos de la Universidad de Oviedo utilizaron la genómica bioinformática y comparativa para encontrar pistas sobre las características que hacen especiales a las tortugas gigantes, como su facilidad de sanar.
El director del Parque Nacional Galápagos, Jorge Carrión, afirmó que los resultados de la investigación expanden el legado del Solitario George, pues el descifrar los secretos de su longevidad ayudará a la toma de decisiones adecuadas para la restauración de las diferentes poblaciones de tortugas del archipiélago.
El estudio forma parte de la Iniciativa para la Restauración de las Tortugas Gigantes (GTRI, por sus siglas en inglés), que desarrollan la DPNG y Galapagos Conservancy, proyecto que, entre otras medidas, se ha valido de la genética para impulsar programas de restablecimiento de la población de tortugas gigantes de la isla Floreana.
Ese programa incluye la reproducción en cautiverio de individuos seleccionados por tener una alta carga genética de la especie que se consideraba extinta Chelonoidis niger.
Tras ser hallada muerta, por causas naturales, en su corral el 24 de junio de 2012, la tortuga fue congelada a 50 grados bajo cero con un cuidado muy especial para que no se deterioraran sus tejidos.
George o Jorge fue llevado así en avión a Estados Unidos y tardó tres días en descongelarse, tras lo cual comenzó el proceso para embalsamarlo, según detalló en 2013 Washington Tapia, entonces titular del departamento de Investigación Aplicada del Parque Nacional Galápagos (PNG).
En febrero de 2017, el Solitario George fue trasladado embalsamado a Ecuador después de ser sometido a un proceso de taxidermia en EE.UU., y desde entones se encuentra en exhibición en Galápagos.
El Solitario Jorge fue el último ejemplar de la especie de la isla Pinta «chelonoidis abingdoni» y desde su hallazgo en 1971 fue cuidado en el Centro de Reproducción y Crianza de la isla Santa Cruz.
Las islas Galápagos están situadas a unos mil kilómetros de las costas continentales ecuatorianas y fueron declaradas en 1978 Patrimonio Natural de la Humanidad.
Fuente: EFE, aliado estratégico de FM Mundo