El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, ordenó la detención de Samuel Kamau después de que fuentes del Gobierno local aseguraran que el Ayuntamiento no había autorizado la construcción del edificio, que se vino abajo hace tres días en el suburbio de Huruma debido a las lluvias torrenciales.
Está previsto que Kamau comparezca mañana ante un tribunal, mientras que la Policía busca también al arquitecto y a los ingenieros que trabajaron en la construcción del mismo.
El número de víctimas mortales en el derrumbe sigue aumentando y ya se sitúa en 21, después de que anoche se recuperaran otros cinco cadáveres entre los escombros, según informó hoy el responsable de la unidad gubernamental de gestión de catástrofes, Pius Masai.
«Los equipos de rescate todavía continúan con la operación», añadió, con perros rastreadores que buscan entre los escombros con la esperanza de encontrar a alguna persona con vida.
Más de 60 personas siguen todavía desaparecidas, mientras los servicios de emergencia no descartan que haya más personas atrapadas bajo los escombros.
Una docena de heridos que fueron trasladados al Kenyatta Hospital, uno de los principales de la capital, todavía permanecen ingresados, informaron al diario «Daily Nation» fuentes del centro.
La Cruz Roja ha puesto en marcha una campaña para recaudar fondos, comida y ropa para las familias que residían en este edificio, con cerca de 200 habitaciones, y para el resto de afectados por los aguaceros más fuertes que ha sufrido la ciudad desde que empezó la estación de lluvias.
Las autoridades recomendaron la evacuación de los residentes de viviendas cercanas a la zona del derrumbe, pero muchos de ellos se han quedado en sus casas porque aseguran que no tienen adónde ir.
Desde el viernes, la Cruz Roja ha evacuado a 1.000 personas en Mathare y Mukuru, dos barrios chabolistas de Nairobi donde las estructuras se erigen con materiales muy precarios, como el barro, y que resultan muy vulnerables ante las fuertes lluvias.
El gobernador del condado de Nairobi, Evans Kidero, advirtió de que las lluvias continuarán y que los residentes deben estar preparados para nuevas inundaciones y otros daños materiales.
En los últimos días, Kidero ha recibido numerosas críticas en las redes sociales por su mala gestión y las deficiencias que sufre la ciudad, como la falta de alcantarillado -especialmente en los barrios marginales- que provoca grandes inundaciones durante la temporada de lluvias.