Para Borja, el país se encuentra en un momento político distinto, por lo que se requiere unidad pese a las diferencias ideológicas del pasado.
Explicó que el principal líder de la Revolución Ciudadana, Rafael Correa, diferenció el sentido de lealtad al movimiento y las posturas críticas que giraron en torno a este.
Desde el anuncio de su candidatura a la vicepresidencia, Borja fue objeto de señalamiento ante su distanciamiento con el correísmo en el que, incluso, participó de una marcha en contra del gobierno de Correa en 2015.
Una de las fricciones que ocasionó su separación del movimiento fue la acusación del exministro Fander Falconí en su contra, sobre un proceso de falsificación de firmas en 2012.
“Yo consideré eso una traición; una puñalada en la espalda (…) Si él era ministro de este Gobierno, no puedo estar aquí”, recordó.
Seis años después, apoyó la consulta popular del expresidente Lenin Moreno, quien inicialmente llegó a Carondelet con el cobijo de la entonces Alianza País, y posteriormente, se alejó de la tienda política.
«Si hubiera sido un correísta acérrimo, no habría salido a gritar fuera Correa (…) soy parte de la ampliación política de la Revolución Ciudadana», dijo.
Sobre este tema, consideró que el mismo Correa ha demostrado “madurez y tolerancia política”, al incluir dentro de sus postulantes a alguien que ha sido crítico a su gestión.
Por otro lado, señaló que, en caso de ser necesario para lograr una «alianza más grande», declinaría su postulación.
“Nada puede estar en firme si hay un proceso de alianza”, sostuvo.
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