La presidenta suspendida de Brasil desea consultar al pueblo sobre la convocatoria a nuevas elecciones. Descartó cualquier pacto político con el mandatario interino Michel Temer.

La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, anunció ayer que planteará una consulta popular en caso de ser absuelta del juicio político que le realiza el Senado para poder darle salida a la crisis política de Brasil.

En una entrevista con el canal estatal TV Brasil, Rousseff sostuvo que de ninguna manera podrá negociar una transición con el gobierno interino de Michel Temer, su vicepresidente que se convirtió en opositor y que ha llevado a cabo en menos de un mes un plan de desmonte de las políticas económica y sociales instauradas desde 2003 por el Partido de los Trabajadores (PT).

“Si vuelvo a mi cargo, el pacto que se firmó en la Constitución de 1988 no será reconstituido en los despachos oficiales y sí con el pueblo. Es imposible rehacer el pacto sin que la poblacion sea consultada, para salir del problema de fondo, que es el golpe el gobierno interino de Temer”, dijo Rousseff. “Solo hay un camino, que se llame a un plebiscito tal vez”.

La presidenta suspendida necesita que sus opositores no lleguen a los dos tercios del Senado (54 votos) para expulsarla del cargo en el juicio político que podría votarse a mediados de octubre, luego de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Rousseff aceptó por primera vez la posibilidad de un plebiscito -supuestamente para adelantar la fecha de las elecciones de 2018 para este año- porque consideró que no podrá gobernar con un congreso que declaradamente se ha colocado en “obstruir” a su gobierno desde que fue reelegida en 2014.

“La consulta popular es la única forma de lavar y enjuagar esta suciedad del gobierno de Temer”, subrayó y sostuvo que el gobierno interino es controlado por el suspendido presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, hombre fuerte del PMDB de Temer que está procesado por corrupción.

Rousseff acusa a Cunha de desvío de poder por usar su cargo para intentar salvar su pellejo a cambio de darle curso al juicio político por supuestas maniobras presupuestarias. “No hay cómo negociar con Cunha, él tiene agenda propia, él llevó al centro político que nos respaldaba hacia la derecha y el gobierno de Temer solo puede aceptar la agenda de negocios planteada por Cunha”, afirmó la mandataria. Rousseff culpó al Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del candidato derrotado  Aécio Neves, hoy aliado de Temer, de “ser irresponsable” por nunca haber aceptado el resultado de la elección en 2014 y “apostar a cuanto peor mejor”.

Agregó que su caso, el primero en el cual un presidente es suspendido y convive con su vice-opositor en ejercicio, deberá servir para cambiar la legislación de 1950 sobre juicio político. “No puede ser que utilicen un semiparlamentarismo para desestructurar políticas públicas, extingue ministerios, es poco serio para la séptima economía del mundo. Es una atracción al golpe este tipo de impeachment, con el cual se aplica el programa de gobierno derrotado en las urnas”, alertó.

Rousseff calificó de “preocupante” la política externa del canciller José Serra, nuevo aliado de Temer, de cerrar las puertas al Mercosur, la Unasur y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. “Financiamos la construcción del puerto Mariel en Cuba y nos criticaban por eso. Ahora guardan silencio cuando Barack Obama visita Cuba y retoma las relaciones.

El gobierno interino tiene una visión minúscula pensando en cerrar embajadas en África y en el Caribe. Nadie nos respetará si uno no se hace respetar”, sostuvo. Puso de ejemplo que la Unasur “es un ámbito donde convivieron todos los polos ideológicos, desde el chileno Sebastián Piñera hasta Nicolás Maduro, desde Juan Manuel Santos hasta José Mujica”. Sostuvo que el gobierno de Temer y el canciller Serra tienen una “gravísima ceguera ideológica” al “menospreciar” al grupo Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) por tratarse de un bloque “que es el resultado de la multipolaridad del mundo surgido de la crisis mundial de 2008, con nuevos mecanismos de financiación y desarrollo”.

El gobierno de Temer es aprobado por el 11,4% de la población y el 50,3% dice que la salida son elecciones anticipadas, de acuerdo a la encuesta de MDA conocida el jueves. En ese escenario y pese a los ataques de los medios opositores, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva aparece como favorito para vencer en la primera vuelta a todos los candidatos, aunque la oposición vencería en un segundo turno, en caso de que los aspirantes sean el senador Aécio Neves y la ambientalista Marina Silva, según el sondeo. Mientras tanto, la posibilidad de que el juicio político sea revertido animó a la militancia, que ayer salió a las calles de 24 ciudades del país comandados por Lula da Silva en el Frente Brasil Popular para pedir “Fuera Temer” y “Vuelve Dilma”. (