Los recientes descubrimientos de planetas similares al nuestro, como Proxima b o los siete del sistema TRAPPIST-1, son emocionantes y suponen un paso más en la búsqueda de vida más allá de la Tierra, lo que podría ocurrir en 10 o 20 años, señala el director del Observatorio Europeo Austral, Tim de Zeeuw.

Estos planetas son fáciles de estudiar y se ha observado que orbitan en torno a sus estrellas a distancias en las que podría existir agua líquida. «En este momento parece ciencia ficción pero nunca se sabe. Estoy deseando ver cómo será el futuro», apunta De Zeeuw, quien afirma que el Telescopio Extremadamente Grande -ELT, siglas en inglés- jugará un papel fundamental en esta búsqueda.

Este telescopio (antes llamado E-ELT; la primera E de Europa ha caído porque la participación va más allá de países europeos) se construirá en el Cerro Armazones, en el norte de Chile, y su primera piedra se pondrá el 26 de mayo de este año: es posible que este encuentre indicios de habitabilidad y/o vida en otros planetas.

El citado telescopio, llamado a convertirse en el mayor y más potente del mundo, será «una herramienta poderosa» para estudiar estos y otros nuevos exoplanetas, sobre todo la composición de sus atmósferas, afirma el director general del Observatorio Europeo Austral (ESO), quien agrega que además sería capaz de detectar biomarcadores que indiquen la presencia de vida, en caso de existir.

El ELT estará listo en noviembre de 2024 y plenamente operativo a principios de 2025 (las obras de acondicionamiento del lugar donde estará ubicado ya han empezado y el 80 % de los contratos industriales se han firmado ya), confirma el director general de ESO, invitado por la Fundación BBVA a dar una charla en Madrid dentro del ciclo «La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos».

«Si pudiéramos encontrar elementos en las atmósferas de estos planetas rocosos que, a nuestro entender, demostraran actividad biológica, sería tremendo», subraya a Efe De Zeeuw, quien añade que «al final es una cuestión de si estamos solos en el Universo o no».

No obstante, recuerda que habitabilidad -características para ser habitable- y vida no son lo mismo, y admite que en ocasiones se abren las puertas a la especulación: hasta ahora el único ejemplo de vida que hay es el nuestro y, según los biólogos, las condiciones para buscarla, según la entendemos, son el carbono y el agua.

De Zeeuw dejará su cargo en la dirección del ESO después de diez años, en septiembre, y será sustituido por el español Xavier Barcons.

De este período, De Zeeuw, doctor por la Universidad de Leiden (Países Bajos), destaca que ha sido una década «estupenda de descubrimientos», y los telescopios del observatorio han contribuido, por ejemplo, a confirmar que la expansión del Universo se acelera en lugar de frenarse y que existe un agujero negro masivo en el centro de la Vía Láctea, además de participar en los hallazgos de Proxima b y los siete planetas del sistema TRAPPIST-1.

Bajo su dirección también se puso en funcionamiento el Gran Conjunto Milimétrico/Submilimétrico de Atacama (ALMA), el mayor radiotelescopio actual, y el comienzo de la construcción del ELT, con un telescopio de espejo segmentado de 39,3 metros de diámetro, un «ojo» gigante para mirar el universo, «el libro de historia más grande».

De Zeeuw dejará la gestión y volverá a la investigación astronómica; centradas en la formación, estructura y dinámica de las galaxias, en las que incluye la Vía Láctea.