Con el techo descubierto, aprovechando que la lluvia amainó, el actual número uno del mundo, derrotó al sexto en una hora y 58 minutos, y optará de nuevo por el título que conquistó en 2011.
Dos años después de su última aparición en Madrid, cuando cayó en cuartos de final ante su compatriota Janko Tipsarevic, «Nole» ha regresado con fuerza y se ha plantado en la final sin ceder un solo set en cuatro partidos, resueltos todos por la vía rápida, sin sobresaltos, aunque en el de esta noche dudó para ganar al final.
Su frescura, tras caer a las primeras de cambio ante el checo Jiri Vesely en Montecarlo, le ha ayudado a deslizarse con rapidez, a hacer fácil lo que parece casi imposible para otros, e incluso a congraciarse con el público madrileño, con el que tuvo algún roce antaño, esforzándose en hablar en castellano.
Ante Nishikori, al que había derrotado siete veces de los nueve enfrentamientos, los seis últimos de forma consecutiva, desde el Masters 1.000 de París en 2014 al de Miami este año, cediendo únicamente dos mangas, el serbio estuvo contundente las tres cuartas partes del encuentro, sin fisuras, apretando solo cuando lo creía oportuno, y siendo «espiado» en la grada por Jamie Delgado, el entrenador de Murray.
Djokovic se aclimató mucho mejor a la humedad e incluso al frío de la noche madrileña y dominó un encuentro intenso, pero sin aparente esfuerzo y una gran naturalidad, sin conceder una sola rotura, hasta casi el final cuando Nishikori despertó.
El japonés, finalista el pasado año contra Nadal, había librado el viernes una gran batalla con el australiano Nick Kyrgios (6-7, 7-6 y 6-3), ante el que estuvo a solo dos puntos de la derrota, y quizás notó algo más el cansancio acumulado, y la tensión del momento. Su saque falló en dos ocasiones contra «Nole», y eso ante el mejor del mundo, conlleva un riesgo añadido, casi definitivo.
Djokovic solo tuvo un momento de vacilación, cuando sacó para ganar el partido con 5-4 y se colocó con 40-0. Cometió dos fallos y una doble falta, acumuló un aviso por sobrepasar el tiempo para sacar, y desperdició tres bolas de partido. Nishikori salvó una más en uno de los intercambios más intensos del partido, y luego «Nole» volvió a sumar otra doble falta. Los nervios aparecieron en el rostro de ‘Nole’ y el japonés se afianzó y provocó el desempate.
Parecía el nipón recuperado, pero la confianza en su juego de Djokovic se puso en evidencia y en un largo peloteo, y a la quinta oportunidad, alcanzó su objetivo.
«No es fácil jugad contra Nishikori es uno de los mejores desde la línea de fondo, esperábamos jugar con el techo cerrado y con este viento no es fácil. Fallé fácil en los primeras bolas de partido y menos mal que fui capaz de encontrar la victoria», dijo.
En la final, el número uno y el dos dirimirán el título este domingo a partir de las 18:30 horas. Murray, que derrotó a Nadal en la otra semifinal, por 7-5 y 6-4 en dos horas y 11 minutos, necesita ganar de nuevo en Madrid si no quiere que el suizo Roger Federer le arrebate el segundo puesto de la lista mundial, este lunes.
Djokovic ha vencido a Murray en 22 de las 31 ocasiones que se han enfrentado. En tierra un 3-0 aparece favorable al de Belgrado, la última en las semifinales de Roland Garros el año pasado cuando el necesitó cinco sets para doblegar al escocés.
Este año, Djokovic se ha impuesto a Murray en la final del Abierto de Australia, un de los cuatro títulos que ha ganado esta temporada. De ganar en Madrid por segunda vez rompería la igualdad con Nadal en cuanto a Masters 1.000 ganados y alcanzaría los 30.