«El Gobierno del Ecuador rechaza la flagrante subversión del orden democrático en Brasil, que considera un golpe de Estado solapado. Políticos adversarios y otras fuerzas de oposición se confabularon contra la democracia para desestabilizar al Gobierno y remover de su cargo de forma ilegítima a la Presidenta Dilma Rousseff», añade el documento.
Ecuador califica de «espurio» el procedimiento de destitución de la mandataria al considerar que «no cumplió con el requisito fundamental de probar que la mandataria haya cometido delitos de responsabilidad».
Ante estos hechos excepcionales, indica la misiva, el Gobierno del Ecuador ha decidido llamar a consultas al encargado de negocios ante la República Federativa de Brasil.
«Estos lamentables sucesos, inaceptables en pleno siglo XXI, suponen un serio riesgo para la estabilidad de nuestra región y constituyen un grave retroceso en la consolidación de la democracia, que tanto esfuerzo y sacrificio ha significado para nuestros pueblos», finaliza el boletín.