El programa “Time to teach” (tiempo para enseñar), que el gobierno anterior publicitó y generó la expectativa de estudiantes, profesores, padres de familia y del país en general, inició en diciembre de 2016 con la bienvenida oficial a 312 voluntarios extranjeros.
Un año después, el programa se vino abajo debido a por lo menos cinco presuntas irregularidades: mal uso de recursos públicos; tráfico de influencias; problemas en el trámite para el alojamiento; el no pago de sueldos y la falta de regularización migratoria de los profesionales foráneos.
Algunos de ellos viven un drama porque están enfermos, en la desocupación y sin dinero para solventarse un vuelo de retorno a sus países de origen. La Contraloría General realiza un examen especial.
El objetivo es determinar qué ocurrió con los recursos públicos utilizados en este programa. A “Time to teach” el gobierno anterior le asignó un presupuesto de $ 37’925.160, de los cuales se desembolsaron $ 6’544.008 durante un año de ejecución, sin resultados.