12 oficiales y subalternos de la Unidad de Investigaciones Antinarcóticos de Ecuador recibieron la medalla honorífica Alférez Policía Nacional del Perú, Mariano Santos Mateos, Gran General de la Policía Nacional de Perú, en reconocimiento a la captura en Ecuador y deportación inmediata del ciudadano peruano Gerald Américo Oropeza López, requerido por el delito de lavado de activos y tráfico internacional de droga.

En la ceremonia las autoridades de las policías de Ecuador y Perú ratificaron la decisión de los gobiernos de velar por la seguridad de sus pueblos que reclaman seguridad, con acciones que se dirijan a combatir el delito y la delincuencia en sus diferentes manifestaciones.

Sergio Correa, subsecretario de Seguridad Interna subrogante, destacó en esta oportunidad el fortalecimiento y crecimiento de la seguridad ciudadana. “Las puertas de nuestro país están abiertas para desarrollar un trabajo conjunto en los operativos que se realizan permanentemente en la lucha contra el delito internacional”, añadió.

En este contexto, destacó que las acciones articuladas rinden frutos positivos en cada país y dentro de la región. Felicitó al equipo uniformado ecuatoriano y los invitó a continuar en su misión de velar por la seguridad de los ciudadanos.

A su vez, el general Milton Zárate, inspector General de la Policía, señaló que varias de las acciones y éxitos que marcan la historia y el presente respecto al combate a la delincuencia y ubicación de los delincuentes más buscados en Perú, radica en acciones conjuntas que permiten a las entidades del orden público, ser eficaces y eficientes tanto en recursos como en tiempo.

“Solo unidos podemos llegar al éxito”, apuntó Zárate, a la vez que resaltó la necesidad de articular acciones bajo el liderazgo de los primeros mandatarios que se plasman en acuerdos y convenios.

Del mismo modo, puntualizó que si bien las condecoraciones reconocen acciones sobresalientes y dan una mayor fuerza para ser cada día mejores, el mejor reconocimiento que deben tener el hombre y mujer policía es la satisfacción del deber cumplido.