El teniente general Jeffrey Harrigian, comandante del Comando Central de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, dijo a periodistas que 12 aviones fueron usados para golpear la instalación, que también sirvió como cuartel general de ISIS, en 50 puntos diferentes.
«No sabemos a ciencia cierta en este momento» qué productos químicos estaban involucrados, dijo en una rueda en el Pentágono.
El bombardeo sigue a un informe respaldado por las Naciones Unidas publicado el mes pasado que encontró que tanto el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad, como ISIS han utilizado armas químicas en Siria.
En ese momento, el portavoz del Consejo Nacional de Seguridad, Ned Price, dijo que la coalición anti-ISIS liderada por Estados Unidos tenía como «una alta prioridad» los objetivos relacionados con armas químicas de ISIS.
El uso de armas químicas en Siria ha sido un punto de intensa preocupación internacional y un campo de minas político para el gobierno de Obama.
En 2012, el presidente Barack Obama declaró el uso de armas químicas como una «línea roja» que cambiaría su cálculo sobre la intervención militar en la guerra civil de Siria. Cuando decidió no tomar medidas en agosto de 2013, después de que el régimen sirio atacó un suburbio de Damasco con gas sarín, sus aliados de Medio Oriente y Europa, sus oponentes políticos e incluso demócratas censuraron la decisión.
No obstante, EE.UU. llegó un acuerdo con Rusia para eliminar agentes químicos letales de Siria.
Dado que el cloro no tiene usos militares, su prohibición no fue ordenada durante los acuerdos ruso-estadounidenses de 2013, regidos por la Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU número 2118.
No obstante, el cloro utilizado como armamento sigue estando considerado dentro del listado de armas químicas y su uso está prohibido bajo la Convención de Armas Químicas al que el acuerdo ruso-estadounidense obligaba a Siria a ceñirse, lo que hace que la utilización de la substancia contra civiles sea una violación del acuerdo.