Las autoridades saudíes han ejecutado hoy a dos ciudadanos yemeníes y uno saudí condenados por narcotráfico, en una nueva muestra de la frecuente aplicación de la pena capital en el reino.

Las autoridades saudíes han ejecutado hoy a dos ciudadanos yemeníes y uno saudí condenados por narcotráfico, en una nueva muestra de la frecuente aplicación de la pena capital en el reino.

El Ministerio saudí del Interior informó de que los yemeníes fueron ajusticiados en la ciudad de Yazán (suroeste) tras ser encontrados culpables de introducir en el país una gran cantidad de hachís.

El saudí, ejecutado en Tabuk (noroeste), fue sentenciado por el contrabando de anfetaminas, según otro comunicado de Interior publicado por la agencia saudí SPA.

El pasado 2 de enero, las autoridades ejecutaron a 47 personas, entre ellas el clérigo chií opositor Nimr Baqir al Nimr, lo que desató una grave crisis diplomática con Irán y duras críticas internacionales.

La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) contabilizó hasta 158 ejecuciones en Arabia Saudí en 2015, un 68 por ciento más que el año anterior y el número más alto desde hace más de dos décadas.

Las organizaciones de derechos humanos han denunciado que desde la llegada de Salman bin Abdelaziz al trono en enero de 2015 se ha disparado la aplicación de la pena capital, así como la represión de las voces críticas en el reino.

Human Rights Watch (HRW) señaló en un informe publicado el mes pasado que destacados activistas, escritores y opositores pacíficos han sido condenados a penas de cárcel e incluso de muerte durante el primer año de reinado del monarca saudí.