Según Oña, este tipo de incidentes pone de manifiesto la grave situación de inseguridad y la incapacidad de las autoridades para frenar la escalada de violencia, que ahora afecta también a personas que no tienen vínculo alguno con el conflicto, como niños, familias y adolescentes. La experta enfatizó que a pesar de que el gobierno ha implementado varias estrategias para combatir el crimen organizado, la violencia sigue en aumento, lo que evidencia la magnitud del problema y la falta de resultados efectivos.
Como respuesta a este crimen, la Fiscalía General del Estado, a través de su cuenta oficial de X, anunció que inició una investigación de oficio. Además, tanto la Presidencia como el Ministerio de Defensa, el Ejército y otras ramas militares condenaron este hecho violento y prometieron dar con los responsables.
Oña destacó que los hechos de violencia ocurridos en enero, que dejaron cerca de 700 muertes, son una clara señal de que el Plan Fénix ha fracasado. La experta señaló que las cifras de homicidios y otros actos violentos son solo un indicio de un problema mucho más profundo.
Finalmente, Oña indicó que el panorama actual está marcado por una gran polarización política, lo que dificulta tomar decisiones urgentes y efectivas en materia de seguridad. En lugar de centrarse en la creación de políticas públicas claras para combatir la violencia, muchos políticos están más enfocados en disputas electorales y en quién ocupará el poder, dejando de lado los temas realmente importantes como la seguridad ciudadana. Oña concluyó que, si no se prioriza el bienestar de la población y la seguridad, la crisis de violencia continuará sin control.
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