Hacia este lugar se dieron cita amigos, familiares, políticos, autoridades militares, civiles, religiosas y moradores de diferentes sectores de la urbe, para darle el último adiós a quien –según sus familiares- tanto en su vida como en su muerte, su principal compañía fue la paz.
Una vez que su cuerpo fue depositado por quienes lo cargaban (seis elementos de la Policía Municipal, AMT y Cuerpo de Bomberos) sobre la Capilla Ardiente levantada en la mitad del escenario del Salón de la Ciudad, y tras el ingreso del Estandarte Ecuatoriano, conducido por elementos de la Escuela Superior Militar Eloy Alfaro, prosiguieron los homenajes.
El Alcalde de Quito, Mauricio Rodas, tomó la palabra y con profundo dolor por la partida de uno de los hombres que más contribuyó al progreso de la ciudad y del país, lo recordó como una persona de infinita bondad, generosidad, compromiso y entrega a favor de la ciudad y del Ecuador en general.
El Alcalde recordó sus múltiples facetas de aporte a la patria, como brillante arquitecto, académico, servidor público en distintas posiciones, Alcalde de Quito (1970-1978) período en el que ejecutó obras fundamentales y transformadoras como la avenida Occidental, los túneles de San Juan San Diego y San Roque, el inicio del proyecto del Parque La Carolina, la Planta de Agua Potable de Puengasí, la Planta de Energía Eléctrica de Nayón, entre muchas otras obras que, sin duda sirvieron para proyectar a Quito hacia el futuro y la modernidad. “Pero sobre todo fue un Alcalde planificador y visionario que supo enrumbar a Quito hacia el mejoramiento de la calidad de vida de sus ciudadanos e insertarla en el concierto de las grandes ciudades del mundo”, expresó el Alcalde Rodas.
También recordó que como Presidente de la República condujo al país en momentos cruciales, de grandes cambios a nivel mundial y habiendo liderado con notable sentido de patriotismo aquella gesta heroica del conflicto bélico con el Perú, en 1995, acuñando esa frase que se convirtió en un símbolo de orgullo para todos los ecuatorianos “Ni un paso atrás”.
“Y esa frase se ha convertido en un emblema y queremos decirle Don Sixto que no daremos un paso atrás en seguir su ejemplo, su legado, esa maravillosa experiencia de vida que marcan el futuro de Ecuador y que nos brinda a las nuevas generaciones un derrotero a imitar”, apuntó Mauricio Rodas.
Mención Post Mortem para Durán Ballén
En este acto el Alcalde de Quito Mauricio Rodas hizo la entrega a la familia en la persona de su esposa Josefina Villalobos, de la Mención de Honor Post Mortem ‘Marieta de Veintimilla’ por servicios relevantes que refleja el inmenso cariño del pueblo de Quito.
Dicha Mención resalta su contribución a la ciudad en su desempeño como Alcalde de Quito y Presidente de la República, donde se materializaron proyectos que hasta la fecha redundan en beneficio de los quiteños y del país en general.
“Quiero expresar a nombre de la ciudad, a usted doña Finita, a sus hijas e hijos, nietos y a todos sus familiares y seres queridos, nuestra profunda solidaridad, sentimientos de pesar y condolencias de todos los quiteños. Hemos perdido a un gran hombre, a un gran patriota, a un hombre maravilloso a quien el día de hoy le digo muchísimas gracias”, expresó finalmente el Alcalde Rodas.
Seguidamente en representación de sus colegas y amigos también tomó la palabra Carlos Larreátegui, quien inició su intervención señalando que hablar en el sepelio de uno de los hombres que más ha admirado en la vida, es para él un gran honor
“Sixto Durán Ballén fue como mi padre y fue mi mejor amigo. Horas interminables de diálogo, relatos, anécdotas y perspectivas me llenaron de una riqueza intelectual y espiritual que ha marcado y marcará mi vida por el resto de mis días”, expresó.
Resaltó que pudo conocer a Durán Ballén más allá del estadista, del político, del gran constructor y realizador de obras. “El hombre generoso, el hombre bondadoso, el hombre que siempre tendió la mano hasta a sus más ásperos enemigos. Puedo jurar que jamás escuché de él un solo comentario negativo o en contra de un opositor o de alguien que le hubiera hecho daño”, señaló Larreátegui al destacar que Durán Ballén siempre supo perdonar tanto en lo personal como en lo político.
Además recordó que fue el propio Sixto Durán Ballén quien en vida quiso que su velación sea justamente en el Salón de la Ciudad del Municipio del DMDQ.
Y fue su hijo, Jorge Durán Ballén Villalobos, quien a nombre de la familia agradeció los gestos de cariño para con su padre. “Vamos a extrañar a nuestro padre, a quien con cariño lo llamábamos Papío, una persona caracterizada por su actitud de servicio y de paz. Con cariño les pedidos a los políticos ojalá puedan inspirarse en su estilo, que hasta en los desacuerdos los resolvió con argumentos y altura, un caballero; y es que la vida y la muerte le regaló una sola cosa, La Paz”, dijo.
Más Resoluciones Municipales
El Municipio de Quito dio a conocer más resoluciones para honrar al ex Presidente y ex Alcalde de Quito
1 disponer el duelo por 3 días en todo el DMDQ por su sensible fallecimiento e izar a media asta la bandera de la ciudad en el Palacio Municipal y en todas las dependencias municipales.
2 otorgar la Mención de Honor Marieta de Veintimilla por servicios relevantes a la ciudad, post mortem por su trayectoria de servicio en beneficio de la ciudad y del país.
3 solicitar a la Comisión de Mesa del Concejo Metropolitano de Quito se sirva postular al arquitecto Sixto Durán Ballén para el otorgamiento de la Condecoración ‘Gran Collar Rumiñahui’ destinado exclusivamente a Jefes de Estado, Jefes de Gobierno y eximias personalidades nacionales y extranjeras que se hayan destacado por su servicio a la humanidad, el mismo que es entregado anualmente en la Sesión Solmene del 6 de Diciembre.
Todos quienes quieran despedirse de Sixto Durán Ballén están invitados a acercarse al Salón de la Ciudad del Palacio Municipal de Quito. Su cuerpo permanecerá en este sitio hasta el medio días del viernes 18 de noviembre en que será trasladado a la Catedral Metropolitana donde se oficiará la misa de cuerpo presente.