“No les tengo buenas noticias”, así inició el ministro de Energía y Minas, Antonio Goncalves, la rueda de prensa para ampliar los detalles sobre la situación eléctrica e hídrica del país.
Explicó que, el embalse de Mazar, catalogado como uno de los más importantes, se encuentra en 2.114 metros. Con esto, en caso de llegar a los 2.110 la planta alcanzaría su punto mínimo, y ocasionaría el cierre de una o las dos turbinas.
“A partir de ese momento, dependemos exclusivamente de que llueva”, dijo.
Por ello, adelantó que cada viernes se anunciarán los horarios de cortes de luz que regirán para la próxima semana.
Sin embargo, aclaró que, en caso de registrarse condiciones favorables en la generación de energía y niveles de los embalses, los racionamientos podrían reducir su duración.
De acuerdo con el ministro Goncalves, las dos únicas vías para enfrentar la crisis son el aumento en la cota de los embalses, y la reducción de la demanda, mediante cortes de luz.
Por otro lado, se refirió a las ofertas para el alquiler de nuevas barcazas de generación eléctrica que, actualmente, están bajo análisis. Con la segunda planta flotante, se estima aportar con 250 megavatios al sistema nacional.
Extensión de los apagones
Con respecto al periodo en el que se extenderán los apagones en el país, el ministro Goncalves señaló que el país depende netamente de la hidrología.
“No le puedo adelantar algo que solo Dios sabe (…) El clima está loco”, dijo.
¿Se avecinan lluvias?
De acuerdo con la ministra de Ambiente, Inés Manzano, existe una probabilidad de lluvia entre el 23 y 25 de septiembre, en la cordillera; mientras que entre el 26 y 29 de septiembre, se estiman precipitaciones en todo el callejón Interandino.
Pérdidas sector empresarial
De acuerdo con Gabriela Uquillas, directora Ejecutiva de la Cámara de Comercio de Guayaquil, cada hora que el sector productivo no ejerce sus actividades por los apagones, pierde USD 12 millones. Con esto, se calcula un déficit de USD 96 millones durante una jornada laboral.
“Las pérdidas para el Ecuador pueden ser incuantificables, cuando vamos a la minucia de qué representa no tener electricidad”, dijo.
Cuestionó la falta de prolijidad con la que el Gobierno manejó la información del cronograma de cortes de luz, lo que trae consigo una falta de planificación para las industrias que aspiran operar durante las horas que no se registran apagones.
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