En 2015 el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) destinó $780 millones al pago a clínicas privadas por la derivación de pacientes, lo que representó apenas 27,8% menos de lo que le cuesta a la entidad sostener sus propias unidades en todo el país (ver gráfico).
El análisis de gastos arrancó hace unos ocho meses y la meta es reducir el costo por derivaciones a $280 millones hasta fines de 2017. ¿Cómo lograrlo? El presidente del Directorio del IESS, Richard Espinosa, informó a EL TELÉGRAFO que la primera medida entrará en vigencia en febrero próximo con la ampliación de la atención a sábados y domingos en los servicios de salud más costosos.
“Será atractivo para los médicos que de manera voluntaria se acojan a operar los fines de semana: se les pagará por cada cirugía, además de las horas complementarias, pero también será bueno para el IESS porque resultará menos costoso que derivar al paciente a una clínica privada y el paciente será atendido de manera más ágil. Si tienen una cirugía programada para dentro de varios meses, le agendaremos para dentro de unas semanas”, explicó Espinosa, al anotar que al principio serán las especialidades más requeridas y cada mes se irán incorporando otras hasta cubrir a todas.
Parte de la estrategia será priorizar las cirugías
que requieren periodos cortos de hospitalización y también se aprovechará al máximo la infraestructura de primer y segundo nivel, incluidas las instalaciones del Ministerio de Salud Pública. “Si hay una cama libre en el Hospital Carlos Andrade Marín (Quito), pero el paciente no requiere atención especializada, podrá ser remitido a las instalaciones del Ministerio de Salud y eso le costará menos al IESS”.
Los prestadores privados serán sometidos a una auditoría
El análisis del costo que significaba la derivación de pacientes a clínicas privadas también reveló que mientras un 20% de los casos atendidos en el IESS presentaban algún tipo de complicación médica, en los centros privados llegaban al 80%.
Según Espinosa, se detectaron novedades con más de una decena de prestadores privados. Citó como ejemplo a una clínica odontológica en Guayaquil que, con sillones para 4 pacientes, llegó a cobrar alrededor de $1 millón. “A esos prestadores no se les renovará el convenio y estoy revisando cerca de 900 convenios suscritos por el IESS. Incluso en aquellos que no han presentado novedades, se verificará que cumplan con los estándares de calidad”.
La depuración de esos convenios tomaría al menos el primer trimestre de este año y aunque se renovarán aquellos que no reporten problemas, el propósito es reducir la dependencia con los prestadores privados. Y esto en razón de que otra de las novedades identificadas fue que ciertos casos solo se derivaban a determinadas clínicas.
También cambiará el modelo de auditoría al servicio de los prestadores privados, cuyo costo pasará a las mismas clínicas, y se estima que entraría en vigencia en el segundo trimestre de 2016. El sistema consistirá en tomar una muestra del 20% de los casos atendidos por la clínica y de no hallar novedades se cancelará el costo total de la factura; en caso contrario, esa muestra se ampliará al 40% y más si continúan las inconsistencias. “De ese modo, si la clínica no entrega la información correcta al auditor le será más costoso el proceso. Mientras que el IESS controlará a la empresa auditora de forma aleatoria”. Asimismo, aclaró que el IESS está cumpliendo con los pendientes a las clínicas desde que el Consejo Directivo firmó la resolución para el cambio interno de porcentajes hacia el Fondo de Salud. Solo en diciembre se desembolsaron cerca de $92 millones y en enero seguirán los pagos.