La viceministra de Gobernanza del Ministerio de Salud, Jackeline Calle, confirmó el aumento y el registro de 276 casos. Ella recalcó que esta enfermedad es un problema de salud pública a escala regional.
Por su parte, Catalina Yépez, subsecretaria de Ministerio de Salud, detalló que la mayor tasa de contagio se concentra en Portoviejo y subió luego del terremoto. “Hay que recordar, que uno de cada cuatro personas presentan síntomas, con lo cual hay que realizar una multiplicación por cuatro y probablemente tengamos unos 1.000 casos en el país”, dijo.
Yépez explicó que el virus de sika adquirió un nuevo mecanismo de contagio a través de relaciones sexuales. Incluso, confirmó que existen casos en Costa Rica de contagio a través de transfusión de sangre. Por esa razón, alertó con un mensaje de prevención, para evitar un posible epidemia y advertir de un mayor brote en las zonas mayormente afectadas, como lo son Manta, Portoviejo y Esmeraldas.
Las autoridades de Salud sostuvieron que es imprescindible reactivar mecanismos de prevención frente al virus, especialmente en las madres en periodo de gestación.
En ese sentido, Calle enfatizó que las “mujeres y hombres que se encuentren en edad fértil o en periodo de gestación deben tener las siguientes precauciones: utilizar ropa clara, repelente, mangas largas, no circular donde existan plagas y dormir con mosquiteros”.
Además, dijeron que es fundamental eliminar los posibles criaderos de mosquitos, evitar que se empoce el agua, fumigar de manera frecuente.
Roberto Montoya, asesor de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), indicó que “es una emergencia de salud pública internacional, por lo que está sucediendo en las Américas y en Ecuador, el mensaje se efectúa con la intención de hacer un llamado a todos los países, a los gobiernos, a la comunidad científica, a controlar una enfermadad que no conocía el mundo y que requiere de una respuesta integral”.
Por esa razón, las autoridades remarcaron la importancia de la prevención y precaución que debe mantener la ciudadanía para no contraer este virus, que puede producir daños en la salud de los ecuatorianos.