Estefanía Arellano, oficial de programa de gestión de biodiversidad de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza para América del Sur (UICN), explicó que la denominada lista roja evalúa básicamente diferentes especies y determina si se encuentran amenazada o no. Hay tres categorías de amenaza: en peligro crítico, en peligro y vulnerable.
Agregó que si se determina que hay alguna de esas categorías de amenaza se realiza un plan con el fin de emprender acciones para que la especie salga de esa categoría así como fomentar políticas de toma de decisiones para una mejor gestión de la conservación en un país.
Durante el trabajo investigativo, que fue realizado entre 2016 y 2019, se evaluaron 1.458 especies de aves continentales y 61 de Galápagos; 21 especies de palmas; 19 especies de orquídeas; y 163 especies de agua dulce.
En el caso de las palmas, dos especies están en peligro crítico, ocho en peligro, seis son vulnerables.
En el caso de aves, en Galápagos, 42 especies están en riesgo de extinción. En tanto, en Ecuador continental, 312 lo están.
Según Janeth Olmedo, coordinadora nacional de la Unidad de Vida Silvestre del Ministerio del Ambiente, la lista roja se actualiza, en general, cada cinco años. Además que la oficialización de esa evaluación se realizará a través de un acuerdo ministerial para tomar acciones en los ámbitos administrativos, financieros y técnicos.
Una parte del informe fue presentada este martes en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). En los próximos días se conocerá en detalle el informe de datos actualizados de aves, peces de agua dulce, tiburones y rayas, anfibios, palmas y orquídeas.
Fuente: El Universo – Nota original: LINK