Los hermanos Matthew y Mark McLachlan en principio pensaban recaudar algo así como 15 000 dólares, pero nunca se imaginaron que su bien pensado proyecto resultaría todo un éxito.
Y es que no se necesita tener desórdenes compulsivos para necesitar o querer uno de estos dados. La investigación les tomó cuatro años a sus inventores y cuenta con interruptores, ruedas y botones que en realidad no activan nada más que el cerebro. Así es, el objetivo es satisfacer la necesidad que todos tenemos eventualmente de pulsar, girar, apretar botones por el simple gusto de hacerlo.
Pero la ciencia tiene una explicación para este comportamiento de los seres humanos. Varios estudios confirman que esto mejora la concentración y ayudan a reducir el estrés. En eso se basaron los hermanos McLachlan para crear el “Fidget Cube”.
¿Pero, cómo nació la idea? Pues bueno, precisamente cuando estaban pensando en un nuevo invento se dieron cuenta de su comportamiento y decidieron hacer algo para canalizar toda esa energía que libera el cuerpo a través de movimientos pequeños pero compulsivos como el apretar el botón de un bolígrafo, rodar el ratón de la computadora o mover los pies debajo del escritorio de trabajo.
Entonces, los hermanos recopilaron información de varios estudios que revelan que si algo no es lo suficientemente interesante, los estímulos adicionales permiten a nuestro cerebro ocuparse por completo y además concentrarse en la actividad principal que realizamos.
Tras obtener suficiente información, entendieron que toquetear cosas mientras se realiza otra actividad no resulta negativo sino que puede contribuir a canalizar de manera positiva a la mente.
El proyecto ha resultado entonces un éxito total, el dato curioso es que el “Fidget Cube” no saldrá a la venta hasta diciembre.