La actividad se realizó en la esquina de las calles Amazonas y Naciones Unidas para conmemorar el Día Internacional de la Concientización sobre el Ruido. El sonómetro mostró la cantidad de decibelios (medida de sonido) captados y lo representó en una escala de colores como de ocho luces que determine en que porcentaje está el ruido y que significa para la salud de las personas.
Christian Garzón, director de la carrera de Ingeniería Acústica de la UDLA, señaló que el ruido es un contaminante y deja consecuencias nefastas pues las personas pierden el oído antes de tiempo.
“Comúnmente se puede tener un descanso tranquilo a 35 decibelios, una conversación normal esta entre 50 y 60 decibelios, 80 o 90 decibelios ya son niveles perjudiciales (…) El sonómetro instalado en Quito no bajo de 80 y 90 decibelios. Lo que quiere decir que la ciudad es altamente ruidosa y la idea es concientizar a la gente sobre ello”, señaló.
El profesor dijo que uno de los contaminantes más fuertes en el tráfico son los pitos pues muchas personas los hacen sonar apenas cambia el semáforo sin esperar que el otro vehículo avance, el mal mantenimiento de los vehículos también provoca ruidos desagradables, así como escuchar música a todo volumen.
En este sentido dijo que la UDLA entregará próximamente los mapas de ruido de la zona de La Mariscal y del Centro Histórico. “Con eso se puede hacer muchas cosas sonificaciones, cambios de ruta, frecuencias de autobuses, peatonización de ciertos lugares, afección a las zonas patrimoniales”, aseguró.