Con fecha de agosto del año en cuestión, la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcom) informó a la Alcaldía de entonces sobre labores mineras detectadas en el área de exclusión minera de Zaruma y de la respectiva “suspensión” de estas por parte de la entidad.
El documento advertía también de que a fin de respetar la suspensión, las entidades relacionadas debían colaborar con esa cartera de Estado. Tres años después de ese oficio, la escuela Inmaculada, un edificio patrimonial de más de cien años de antigüedad, se vino abajo.
En la veeduría ciudadana ‘Un Zaruma para todos’, un documento de 238 páginas fechado en 2020 al que EXPRESO tuvo acceso estos días, el geólogo Édgar Granda Aguilaradvertía que a esa fecha el tema de la prevención de hundimientos, luego del socavón del centro educativo, era prácticamente nulo.
La advertencia se hace en el capítulo que trata el informe final de la Comisión de Minería y Riesgos. “El programa de remediación y mitigación solamente avanza hasta la fase de proyecto de diseño y no a la de la solución al problema. Cabe la pregunta: ¿Qué sucedería si durante este plazo se produce otro hundimiento en el centro de la ciudad?”, se cuestionaban el experto y el resto de autores.
Cabe la respuesta a esa pregunta, pues ya se sabe que como no se hizo nada más que estudios y advertencias, medio barrio del casco urbano fue desalojado, incluyendo las oficinas del Municipio de Zaruma, como ocurrió estos días tras el nuevo socavón que mandó abajo tres casas y puso en riesgo medio centenar de viviendas.
Zaruma es hoy, a decir de Jimmy Campo, jefe de logística de la Unidad de Búsqueda y Rescate en Zonas Urbanas (USAR), “un queso poroso”.
Aquello lo advirtieron los veedores, los funcionarios y este año, justo antes del socavón reciente, la Secretaría de Riesgos y el Ministerio del Ambiente, en sendos oficios.
En el subsuelo de Zaruma, en definitiva, “hay una ciudad debajo de una ciudad”, contó a EXPRESO un minero de alta envergadura que habló bajo la condición de anonimato, y que pudo ver qué pasa en las entrañas de esa tierra, no por gusto llamada a Joya del Ecuador.
Entró este año, con sus guardaespaldas y gracias a un conocido. “Lo que hay allí dentro es de no creer. Son túneles gigantes. Vi a más de 500 personas haciendo trabajos de minería industrial. No se puede entrar sin identificarse. Hombres armados resguardan el área. Hay hasta tienda y cocinas, porque venden comida allí dentro. Es impresionante”, narra este empresario.
El día que ingresó, llevó una brújula. Asegura que los puntos más críticos son la iglesia, el coliseo, el mercado y el parque, todas áreas cercanas a los socavones registrados. Y tiene razón. EXPRESO lo conoce gracias a un gráfico surgido de un estudio académico que analiza los socavones y las áreas vulnerables, cedido por el geólogo Granda.
También un informe que la Secretaría de Gestión de Riesgos emite, con fecha 29 de noviembre de 2021, a Jhansy López Jumbo, alcalde de Zaruma, tras una denuncia del líder comunitario y coordinador de la veeduría ciudadana ‘Un Zaruma para todos’ José Victoriano Ochoa, del 9 de ese mes, advierte de la vulnerabilidad del suelo del área.
“El área donde se emplaza el casco urbano de la ciudad de Zaruma es altamente vulnerable a movimientos en masa”, reza una de las advertencias. Otra indica que “el eje principal del movimiento de masa esta con dirección sureste-noroeste, vinculado con el alineamiento de las galerías de aprovechamiento minero”.
“A decir de moradores del lugar, mineros ilegales siguen realizando faenas de explotación minera en el área de movimiento a pesar de que se encuentra dentro del área de exclusión minera”, continúa el archivo.
José Victoriano señala directamente al alcalde del cantón “por no hacer nada pese a estas advertencias”, que ha venido realizando por años junto con otros actores. Afirma que en gobiernos anteriores hubo un ofrecimiento de cuatro millones de dólares para tratar el tema, cantidad de la que no han existido mayores informes, sostiene.
“El Municipio tenía la obligación de tomar las medidas preventivas después de todo lo que ya conocemos que ocurre. Lo siguiente que haremos es una denuncia por daños y perjuicios. No es menor lo que ocurre. Hay muchas familias en zozobra”, añade.
Al respecto, el alcalde de Zaruma, en contacto con este medio, ha confirmado que efectivamente conoce los informes, pero que la situación es complicada, de riesgo y amerita atención a través de obras de remediación ofrecidas, pero que no tienen financiamiento.
“Los cuatro millones fueron un anuncio, pero ese dinero no ha llegado al Municipio. En Zaruma hay un sistema político fuerte que distorsiona la realidad de las cosas”,señala.
Como Municipio, afirma, ha oficiado resultados de estudios a autoridades competentes, ha tenido reuniones con ministros, con el COE, pero reconoce que no ha habido concreción de la remediación, que consiste en rellenar, cerrar minas y militarizar el área.
Dice también que ha realizado permanentemente exhortos a otras instituciones gubernamentales, que ha puesto denuncias en la Fiscalía que no progresan, que cuenta con investigaciones y que ha presentado esa documentación sin éxito ni un trabajo interinstitucional palpable.
A propósito de aquello, el geólogo Granda recuerda que quien regenta la competencia del control minero es la Arcom y que, por ende, es esa entidad la que debe responder. Este Diario ya solicitó una entrevista. Se gestiona.
Dicha institución debe responder sobre la lista de concesiones, los hallazgos, los nombres de los responsables y el plan de contingencia que tiene para esta catástrofe que ha dejado a decenas de familias sin Navidad.
Fuente: Diario Expreso – Nota original: LINK