El cuerpo disecado de la emblemática tortuga gigante Solitario George arribó esta tarde al país procedente de los Estados Unidos. Un avión de la Fuerza Aérea transportó al quelonio desde Guayaquil hasta las Islas Galápagos, donde llegó a las 14:40 locales.

El Telégrafo

Luego, un camión frigorífico transportará el cuerpo de George desde el Aeropuerto Ecológico de Baltra hasta Puerto Ayora, en la isla Santa Cruz.

El Ministerio del Ambiente inauguró el jueves 16 de febrero ‘La Ruta de la Tortuga’, en Santa Cruz, la isla que acogió a George sus últimos 40 años de vida y en donde se convirtió en un símbolo de la conservación, al ser la única sobreviviente de la depredación de su especie.

Se trata de un sendero guiado que conduce al centro de reproducción y crianza en cautiverio «Fausto Llerena» y a la sala «Símbolo de Esperanza», donde se exhibirá su cuerpo disecado.

La exhibición estará abierta al público a partir del 23 de febrero, en que se llevará a cabo su develación.

A partir de entonces la exhibición permanecerá abierta, de 08:00 a 18:00, todos los días, con excepción de las jornadas programadas para mantenimiento.

Los expertos taxidermistas del Museo Americano de Historia Natural hicieron un trabajo excepcional con el quelonio fallecido el 24 junio de 2012, destaca un comunicado del Ministerio del Ambiente. «Las estimaciones señalan que vivió hasta los 90 años. Sin embargo, a pesar del tiempo y de la muerte, George, la última tortuga gigante de la especie Chelonoidis abingdonii, de la Isla Pinta, se muestra flamante, con el cuello erguido y el caparazón imponente».

George murió sin descendencia, pese a los intentos que los expertos hicieron por aparearlo. Primero se intentó con las tortugas hembras de la especie del volcán Wolf de la isla Isabela, de las que se obtuvieron huevos infértiles. Posteriormente se colocaron en su corral hembras de la especie de la isla Española, genéticamente más cercana, pero no hubo resultados.

Fausto Llerena, el cuidador de George por 30 años, alertó a los técnicos del parque de su muerte. Inmediatamente se buscaron opciones para hallar el sitio más idóneo que se encargaría del proceso de taxidermia del animal.

La búsqueda concluyó con la firma de un convenio de cooperación entre la Dirección del Parque Nacional Galápagos, Galapagos Conservancy y el Museo Americano de Historia Natural y el proceso de preservación se realizó en Nueva York.

Horas después de su muerte, se le realizó la necropsia con todas las medidas necesarias para garantizar la integridad del cuerpo.

Los especialistas registraron las medidas y el largo del cuerpo, analizaron los órganos internos y concluyeron que murió de vejez.

Probablemente tenía más edad de la que se calculaba. Después, el cuerpo del quelonio fue preservado en cámaras de frío (50 grados centígrados bajo cero) con un cuidado especial para que no se deterioraran sus tejidos.

Una vez que se aceptó la propuesta de taxidermia del Museo Americano de Historia Natural, el cuerpo fue llevado a Nueva York y se sometió a un proceso con uno de los especialistas más prestigiosos del mundo, George Dante, «quien le devolvió su esplendor».

Entre septiembre de 2014 y enero de 2015, el Solitario George se exhibió en el Museo de Historia Natural de la ciudad de Nueva York. Posteriormente, se trabajó en el molde para una futura réplica y paralelamente, en Ecuador se ejecutaron los estudios, diseños arquitectónicos y museográficos, así como la construcción del Centro de Crianza Fausto Llerena.

DATOS

En Galápagos existieron originalmente 15 especies de tortugas gigantes identificadas, 4 de estas, incluyendo la del Solitario George, se extinguieron en estado natural, antes de que fuera declarado Parque Nacional.

Más de 7.000 tortugas han sido repatriadas desde los centros de reproducción y crianza en cautiverio desde la década de 1960.

Actualmente, se estima que Galápagos cuenta con una población de entre 45.000 y 50.000 tortugas en todo el archipiélago.

En el 2015 fue identificada la última especie, que habita en el lado noreste de la Santa Cruz, y que recibió el nombre de Chelonoidis donfaustoi, en honor al guardaparque que cuidó al Solitario.