Pedernales, Manabí y algunas zonas de Manta quedaron prácticamente irreconocibles. Muchos sectores de estas zonas turísticas por excelencia —que hacen parte de los más de 1.600 kilómetros de playas de clima tropical de Ecuador— se convirtieron en un cúmulo de escombros.
Eso sin contar las pérdidas humanas que dejó la tragedia: 671 muertos, 80.000 desplazados y más de 4.000 personas tuvieron que ser atendidas en las primeras horas. Los daños materiales ascendieron a más de 3,3 millones de dólares, según el gobierno nacional.
Ha sido un año difícil, pero las zonas afectadas han logrado recuperarse poco a poco debido a una serie de medidas de impulso económico del Gobierno de Ecuador.
“Es muy gratificante ver cómo cada uno de ellos se ha ido levantando”, le dice a CNN en Español Gema Ceballos, coordinadora zonal 4 del Ministerio de Turismo de Ecuador, sobre los hoteleros en la provincia de Manabí. “Ya están construyendo nuevos hoteles, levantando sus paredes con nuevas plazas para recibir a los turistas con todo ese ánimo, con toda esa predisposición”.
Entre las medidas está el Plan de Reconstrucción y Reactivación Productiva con el que se implementarán estudios y diseños de infraestructura hotelera que colapsó tras los sismos sufridos en 2016.
Con esos estudios, que aún están en la etapa de elaboración, según le dijo a este medio Ceballos, los empresarios afectados podrán pedir préstamos para reconstruir sus negocios.
Pero algunos no ven este plan con buenos ojos.
“El Gobierno ha tomado algunas medidas frente a lo que está viendo, pero obviamente las personas que estamos en este tipo de negocios no podemos tomar unos créditos si no tenemos certeza de que vamos a vender”, le dijo a CNN en Español Paola Guzmán, presidenta de la Asociación Hotelera Esmeraldas, quien además es gerente de un hotel cerca a la playa en Atacames.