A inicios de diciembre, la Junta de Supervisores de San Francisco en Estados Unidos, resolvió con ocho votos a favor y tres en contra, otorgar a la policía la posibilidad del uso de robots de forma letal. Sin embargo, en la segunda votación, se dio marcha atrás a esta medida. Pese a que la policía ya cuenta con estos equipos para la prevención de actos terroristas, amenazas de bomba, o para dar de baja a sospechosos de tiroteos, el debate sobre los límites en el uso de estás máquinas sigue vigente.

La segunda votación de la Junta de Supervisión, donde se prohibió por unanimidad, el uso de esta tecnología, se dio el pasado 6 de diciembre. Sin embargo, este tema fue devuelto a un comité para una mayor discusión.

El cambio en esta decisión fue considerado inusual, pues en las segundas votaciones se suele avalar las medidas que previamente fueron aprobadas en la primera ronda.

Cuando el uso de robots de forma letal se aprobó en primera instancia, las protestas y el rechazo no se hicieron esperar. Las críticas caían en la posibilidad de que estas máquinas, capaces de matar a personas, profundicen los casos de abuso policial en la región.

Pese a esto, la entidad declaró que no tenían previsto equipar con armas de fuego a estos robots, sino que su intención era colocarles artefactos explosivos para circunstancias extraordinarias.

Pese a que la aprobación de esta medida en la primera votación no fue unánime, los once supervisores que integran el Comité fueron cuestionados, pues tres años atrás, fueron los primeros en Estados Unidos en prohibir a las autoridades locales, hacer uso de un software de reconocimiento facial.

Y no solo el riesgo del abuso policial genera preocupación, expertos de la Asociación para el Avance de la Ciencia, alertaron sobre el peligro en el uso de estos robots, debido a posibles negligencias y al ritmo de crecimiento de inteligencia de las máquinas.

Si esta medida, que seguirá en discusión, llega a aprobarse, será necesario que al menos uno de los dos oficiales de más alto rango de la policía en San Francisco, sea quien autorice el uso de esta tecnología.

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