Llegó el momento de la sucesión del controvertido Joseph Blatter en la presidencia de la FIFA: las federaciones nacionales elegirán este viernes en Zúrich en un Congreso extraordinario a su nuevo dirigente, con el italo-suizo Gianni Infantino y el bahreiní Salman como grandes favoritos.

Ambos llegan a la recta final con una gran ventaja en número de apoyos públicos con respecto a los otros tres aspirantes, el príncipe Ali Bin Al Hussein, el sudafricano Tokyo Sexwale y el francés Jérôme Champagne.

El jeque Salman es el presidente de la Confederación Asiática y cuenta con el respaldo de la misma. Es el tercer continente con más peso, con 46 votos, que podrían quedar en 44 si las Federaciones de Kuwait e Indonesia, suspendidas por la FIFA, no pueden votar. La última decisión se tomará mañana en el Congreso.

Salman también consiguió el respaldo explícito del Comité Ejecutivo de la Confederación Africana de Fútbol (CAF), el continente con más votos (54), lo que dejaría al jeque muy cerca de su objetivo.

Infantino, por su parte, cuenta con el apoyo unánime de la UEFA (53 votos), confederación de la que es el secretario general (número 2), y el de la Conmebol (10 votos) y siete países centroamericanos.

La Concacaf, de la que forman parte los países centroamericanos junto a América del Norte y Caribe, tiene un total de 35 votos. Oceanía cuenta con 11.

Las elecciones se realizarán en medio del escándalo por corrupción en el que está sumida la FIFA, con más de 30 dirigentes detenidos en el marco del famoso FIFA Gate, la investigación de la justicia estadounidense que destapó una serie de supuestos casos de sobornos y lavados de activos.

Por eso el congreso votará mañana también un amplio paquete de reformas para la controlar la administración de la entidad. Un profundo lavado de imagen que incluye una reforma del comité ejecutivo, una limitación de los mandatos y el poder del presidente, que podrá estar 12 años en el cargo.