La guerrilla del ELN se atribuyó este sábado el ataque con explosivos que dejó a 13 policías del escuadrón antidisturbios heridos la noche anterior en la ciudad colombiana de Cali (suroeste).
“Informamos que a las 9:55 pm del 7 de enero, unidades nuestras realizaron acción contra el ESMAD de la policía (…) en el sector de Puerto Resistencia”, se lee en un comunicado divulgado por esa guerrilla en una web de propaganda rebelde.
En un primer balance, el presidente Iván Duque informó sobre 11 uniformados lesionados en el ataque con explosivos, pero la cifra ascendió durante la noche.
La carga fue detonada al paso de un vehículo del escuadrón antidisturbios (ESMAD) por uno de los principales focos de las multitudinarias protestas antigubernamentales del año anterior, según autoridades locales. Dos heridos se encuentran en “cuidados intermedios”.
El ministro de Defensa, Diego Molano, ofreció una recompensa equivalente a 250.000 dólares por un guerrillero conocido con el alias de El Rolo. “Presuntamente está detrás” de este y otros ataques contra la fuerza pública, dijo Molano en una conferencia de prensa en Cali.
Por su parte, Duque aseguró en Twitter que la guerrilla busca “incidir en el proceso electoral de este año con el apoyo de dictaduras socialistas y comunistas”.
El mandatario, quien entregará el poder en agosto, asegura que el gobierno izquierdista de Venezuela da refugio en su territorio a líderes del ELN y otros grupos armados colombianos.
Reconocida como la última guerrilla en Colombia tras la desmovilización de las FARC, la organización guevarista tiene un pie de fuerza de unos 2.500 rebeldes, según el centro de estudios independiente Indepaz.
“El grupo terrorista ELN se adjudica el atentado en la ciudad de Cali contra la @PoliciaColombia y se adjudica la violencia desatada meses atrás”, agregó Duque.
Cientos de miles de manifestantes tomaron las calles del país entre abril y junio de 2021 en rechazo al alza de impuestos propuesta por su gobierno para paliar la debacle de la pandemia, y que finalmente fue desechada ante la presión popular.
Las jornadas fueron en su mayoría pacíficas, aunque hubo bloqueos viales, destrozos y choques con la fuerza pública que, según la Defensoría del Pueblo (ombudsman), dejaron casi 60 civiles y dos uniformados muertos.
La mayoría de muertes ocurrieron en Cali, la tercera ciudad más poblada del país con 2,2 millones de habitantes. El gobierno asegura que el ELN financió a grupos que estuvieron tras los disturbios. (I)