El COE Metropolitano de Quito declaró estado de emergencia en zonas específicas de las parroquias Mariscal Sucre, Itchimbía y Cumbayá, para atender los efectos del temporal lluvioso. En NotiMundo A La Carta, Patricia Carrillo, directora Metropolitana de Riesgos, adelantó que la medida tendrá una duración de 90 días y buscará activar al siguiente nivel de Gobierno: la Prefectura de Pichincha.

Créditos: Quito informa
Créditos: Quito informa

Durante 90 días, zonas específicas de Mariscal Sucre, Itchimbía y Cumbayá permanecerán en estado de emergencia, debido al temporal lluvioso en Quito. Los sectores afectados serían, entre otros, La Floresta, Guápulo, Zona de Protección de Monjas y El Cebollar.

La decisión fue adoptada por el COE Metropolitano en base a pronósticos del Inamhi que avizoraba a abril como un mes con precipitaciones por encima del promedio, lo que podría derivar en deslizamientos de tierra. De acuerdo con Carrillo, de enero a marzo, en zonas bajo influencia de la avenida Oswaldo Guayasamín y avenida De Los Conquistadores, se han registrado 19 movimientos de masa.

Patricia Carrillo, directora Metropolitana de Riesgos, señaló que esta medida buscará agilitar los procesos de intervención del Municipio para ejecutar acciones de prevención en sitios vulnerables que podrían verse afectados por las intensas lluvias en la capital.

La declaratoria de emergencia dispone a la Empresa de Movilidad y Obras Públicas la priorización de recursos para la implementación de acciones que permitan mitigar riesgos, como consecuencia del temporal invernal. Además, activará al siguiente nivel de Gobierno, es decir, la Prefectura de Pichincha, para una atención integral de la problemática.

El primer paso a ejecutar sería la colocación de mallas rígidas para evitar el desprendimiento de masa. Posteriormente, se realizarán estudios a profundidad para determinar el grado de intervención que requieren los puntos críticos.

Detalló que, luego de la temporada de incendios que golpearon a la ciudad a finales del 2024, las condiciones propias del suelo no soportan los niveles de lluvias. A esto, se suma la labor de limpieza de la maleza quemada, que debilitó aún más la estructura en la zona.

Mira la entrevista completa

Escucha la entrevista completa