Aunque las réplicas siguen ocurriendo, el Mandatario explicó que para las etapas de reconstrucción y reactivación económica no se necesita el estado de excepción. El pasado 16 de junio, Correa extendió por 30 días más la condición en seis provincias del país, a consecuencia de los efectos del movimiento telúrico del 16 de abril y sus réplicas, pero consideró que ahora la emergencia está controlada y el país debe concentrarse en las siguientes dos etapas simultáneas.
Durante una entrevista televisada con medios nacionales de comunicación desde la costera provincia de Manabí, el Jefe de Estado aseguró que el terremoto cambió las prioridades de su gobierno. «Nuestra prioridad es la atención a las zonas afectadas por el terremoto», aseveró. El sismo de 7,8 de magnitud en la escala de Richter dejó 671 fallecidos y más de 30 mil personas sin hogar, de las cuales decenas de miles se encuentran en albergues oficiales, ante la pérdida de casi siete mil viviendas. Correa recordó que las pérdidas materiales costarán al país más de $3.300 millones, lo que significa una afectación de más de tres puntos del Producto Interno Bruto (PIB).
A punto de cumplirse tres meses de la tragedia, el presidente recorre cada semana algunas de las áreas más impactadas de las costeras provincias de Manabí y Esmeraldas con el propósito de impulsar la recuperación. «En 79 días logramos restablecer al 100 por ciento de las actividades escolares en zonas afectadas por el terremoto», mencionó. Para el momento de conclusión de su mandato, en mayo de 2017, el dignatario espera haber avanzado en la reconstrucción del país hasta una cifra cercana al 70 por ciento.