En un comunicado, las autoridades dijeron que según la autopsia realizada al cuerpo del religioso, «la causa de muerte es por heridas producidas por proyectil de arma de fuego, con una rigidez cadavérica de aproximadamente 120 horas».
El sacerdote, responsable de una parroquia en Janamuato, Michoacán, fue visto por última vez la noche del lunes 19 de septiembre.
Había ido a un establecimiento para pedir que le enviaran cuatro raciones de alimentos, que le fueron entregadas personalmente en la parroquia después de las 21:30 horas, hora local.
Según la versión de la fiscalía de Michoacán, ese misma noche, envió un mensaje a una empleada, que le preparaba sus alimentos, para avisarle que no sería necesario que se presentara a trabajar el martes.
Esa habría sido la última comunicación del padre López Guillén.
Sus familiares presentaron una denuncia por la desaparición, el pasado miércoles.
Varias personas interrogadas por personal de la Procuraduría de Michoacán no reportaron ninguna actividad sospechosa. Según las autoridades, ninguno de sus allegados fue contactado para exigir un rescate.
El martes, la policía halló un Volkswagen Jetta, blanco, volcado en la carretera Zacapu-Quiroga, a la altura de la comunidad de Santa Fe de la Laguna. Poco después se confirmó que se trataba del coche del sacerdote.
El sábado por la noche, fue localizado el cuerpo de López Guillén.
La arquidiócesis de Morelia confirmó también el hallazgo en su cuenta de Twitter.
La desaparición del párroco José Alfredo López Guillén se registró un día después de que dos sacerdotes fueran secuestrados y asesinados en Poza Rica, Veracruz.
La fiscalía de ese estado negó que en el hecho estuviera involucrado el crimen organizado.