Turquía ha despedido o suspendido a alrededor de 50.000 funcionarios tras el fallido golpe en medio de una gran purga de las fuerzas armadas y las instituciones democráticas del país. En total, más de 9.400 personas han sido detenidas, en su mayoría militares: al menos 118 generales y almirantes.
Al menos 232 personas murieron y 1.400 quedaron heridas cuando militares lanzaron el intento de golpe en la noche del viernes. Erdogan llamó a la gente a las calles, en donde hubo enfrentamientos violentos.
Turquía solicitó a Estados Unidos la extradición de Gulen, dijo el primer ministro Binali Yildirim en el Parlamento este martes. «Hemos enviado cuatro documentos a Estados Unidos solicitando la extradición de ‘el líder terrorista'», escribió en un tuit.
Erdogan y Gulen eran aliados políticos en los años 90, cuando se opusieron a la élite secular de Turquía, pero tuvieron un enfrentamiento por un caso de corrupción y ahora son rivales acérrimos. El gobierno de Erdogan designó al movimiento de Gulen como una organización terrorista en 2013.
Gulen tiene un público fiel en Turquía, suscrito a su movimiento Hizmet.
Hizmet es una iniciativa global inspirada en Gulen, que defiende lo que el New York Times ha descrito como «una rama moderada prooccidental del islam sunita que atrae a muchos turcos bien educados y profesionales».
Erdogan también ha acusado Gulen de estar detrás de un escándalo de corrupción que afectó a muchos miembros de su gobierno.
El secretario de Estado estadounidense, John Kerry, dijo el domingo que Turquía debía hacer la solicitud formal de extradición y presentar evidencias de sus acusaciones para los tribunales estudiaran dicha solicitud.