En ese sentido, Santiago Yépez, consultor energético, señaló que el sistema eléctrico del país enfrenta problemas estructurales, siendo la alta dependencia de la energía hidroeléctrica uno de los principales factores del colapso del sistema. Señaló que este tipo de energía ha fallado en la cobertura de la demanda nacional, agravando la crisis. Además, la limitada diversificación de la matriz energética ha intensificado el problema.
Yépez enfatizó que esta crisis es el resultado de no haber implementado correcciones a tiempo por parte de los gobiernos de turno. Asimismo, señaló que, a pesar de que Ecuador quiere convertirse en un país que reduzca el uso de combustibles fósiles en favor de las energías limpias, las circunstancias actuales han obligado a aumentar el consumo de estos combustibles. Esto no solo incrementa la contaminación, sino que también tiene un impacto negativo en el medio ambiente.
Yépez agregó, que el desarrollo humano está estrechamente relacionado con el crecimiento industrial, lo que requiere una transición gradual hacia energías renovables. Sin embargo, advirtió que este proceso no se puede lograr de inmediato, y la ausencia de decisiones estratégicas a mediano y largo plazo han generado impactos ambientales significativos.
Finalmente, expresó sus dudas sobre la promesa del Gobierno de terminar con los apagones en diciembre de 2024, e indicó que es poco probable que los cortes de luz se suspendan.
Situación minera del país
En cuanto a la situación minera en el Ecuador, destacó que este sector fundamental en el área productiva del país y motor económico. Explicó que, aunque la minería formal genera ingresos importantes, la falta de regulación efectiva y una política minera sostenible es consecuencia de los impactos negativos en el medio ambiente.
La minería ilegal es catalogada en el mundo como uno de los grandes problemas ambientales, y el Ecuador no es la excepción. Esta práctica causa contaminación de agua y suelo, degradación de los ecosistemas, y deforestación indiscriminada.
La minería ilegal ha crecido de manera vertiginosa los últimos años y ha causado daños irreversibles. Yépez subrayó que aunque el Gobierno ha tomado algunas medidas para combatir esta actividad ilegal, estas han sido insuficientes, y la explotación minera sin control continúa afectando ecosistemas.
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