La detención de Nuzman es el más reciente escándalo de una larga saga de corrupción en la mayor economía latinoamericana, que frecuentemente tiene ramificaciones en el extranjero y que salpica a casi todos los niveles de la administración pública.
Nuzman, que ya había sido obligado a declarar el pasado 5 de septiembre por el caso, fue detenido a primera hora de la mañana en su vivienda en Leblon, un barrio acomodado del sur de Rio de Janeiro. Vestido de traje y corbata, el directivo de 75 años fue trasladado poco después a la superintendencia de la policía.
El arresto es de carácter temporal y fue ordenado por un juzgado federal en una operación en la que también fue detenido su «brazo derecho», el director general de operaciones del Comité Rio-2016, Leonardo Gryner. Ambos son acusados de «corrupción, lavado de dinero y organización delictiva», informó la policía.
Una fuente policial confirmó a la AFP que la detención tiene una validez de cinco días renovables y que ambos ingresarán al centro penitenciario de Benfica, en la zona norte de Rio. El abogado de Nuzman, Sergio Mazzillo, estaba reunido al mediodía para definir las acciones de la defensa.
El Ministerio Público (MP) de Rio solicitó también el bloqueo de 1.000 millones de reales del patrimonio de los investigados (unos 319 millones de dólares) por los daños causados.
«La prisión temporal de Nuzman y Gryner es imprescindible no solo como garantía de orden público, sino para permitir bloquear su patrimonio, además de impedir que ambos continúen actuando, ya sea criminalmente o en la interferencia de la producción probatoria», señaló el MP.
Los fiscales aseguran que Nuzman, presidente de la COB desde 1995, amplió su patrimonio un 457% en los últimos 10 años sin que quede claro su origen y también que trató de ocultar su riqueza -a menudo en el exterior- a las autoridades.
Señalan además que solo declaró que tenía 16 barras de oro de 1 kilogramo cada una después de que fue interrogado hace un mes.
Fuente: Agencia Andes