El presidente Lenín Moreno anunció que confiará su seguridad personal a los efectivos de la Policía Nacional y a las tres ramas de las Fuerzas Armadas. «De forma particular, para mi seguridad personal, no acudiré a ninguna instancia que no sea la de ustedes.
Si el pueblo ecuatoriano y el Gobierno han confiado para que ustedes puedan cuidar su seguridad, el Presidente también quiere manifestar su confianza plena”, dijo Moreno al inicio de la reunión en el Palacio de Carondelet. En la cita participaron los miembros del Alto Mando de las Fuerzas Armadas, los comandantes de Policía y los ministros del ramo.
Moreno dio así un giro en la relación Ejecutivo-fuerzas del orden con relación a Gobierno pasado. Temas relacionados con la seguridad social de los uniformados crearon una brecha que derivó en la sublevación del 30-S, alta rotación de comandantes y protestas desde el servicio pasivo.
El anterior Régimen impulsó una reforma a la Ley de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas y la creación de un Servicio de Protección Pública para autoridades, a partir del Código de Entidades de Seguridad, conformado por civiles. Este acercamiento entre el Mandatario y las fuerzas del orden es positivo, según el coronel (r) Luis Hernández.
Sus declaraciones contribuyen a un diálogo continuo -agregó- y su actitud va a contribuir en que haya una mayor entrega de las fuerzas del orden. A diferencia del expresidente Rafael Correa “quien dijo que no hablaba con subordinados”.
Moreno dio su voto de confianza a los uniformados en la víspera de que la Asamblea Nacional decida si acogerá o no el informe de la Comisión de Seguridad, que sugiere allanarse al veto parcial que emitió Correa sobre la normativa.