La maquinaria pesada trabaja todavía en la remoción de los escombros y 29.000 personas están instaladas en albergues temporales, pero Ecuador se apresta ya a acometer la reconstrucción de las zonas afectadas, una tarea en la que el Gobierno español quiere contribuir por medio de ayuda financiera, pero también de acción sobre el terreno.
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, culminó hoy en Pedernales, una de las ciudades más afectadas por el sismo, una visita de dos días al país suramericano y reiteró la disposición del Ejecutivo del que forma parte de seguir colaborando, como lo hizo tras la catástrofe con el envío de equipos de rescate y de 18 toneladas de ayuda humanitaria.
García-Margallo había mostrado ayer la disponibilidad del Gobierno español a ayudar a Ecuador por medio de un programa de canje de deuda de dos millones de dólares y mediante un préstamo del Fondo para la Promoción del Desarrollo (Fonprode) por importe de otros veinte millones.
Ahora es el momento «de atender muy bien qué es lo que el Gobierno necesita y de ser rápidos» en la ayuda a la población para contribuir a que «cobre sentido su vida otra vez», dijo hoy a periodistas García-Margallo durante un recorrido por el desolado malecón de Pedernales, una de las ciudades más golpeadas por la sacudida del 16 de abril, que mató a 660 personas.
Hace falta «más dinero, más recursos, porque las necesidades son infinitas y los medios que tenemos son limitados», dijo el ministro, quien expresó «un enorme orgullo de ser español» al comprobar sobre el terreno la labor del personal de las organizaciones no gubernamentales y de la cooperación oficial de su país.
El titular de Exteriores señaló que es necesario pedir a la Unión Europea (UE) que autorice la cooperación delegada (en la que un donante actúa en nombre de otro u otros) y aunar los esfuerzos de las comunidades autónomas, de las organizaciones no gubernamentales y del Estado.
García-Margallo recorrió dos albergues que cuentan con apoyo de la Agencia Española de Cooperación para el Desarrollo (Aecid) acompañado del ministro ecuatoriano de Interior, José Serrano, quien agradeció la ayuda española y comentó que su país está pasando «de la desesperanza a la esperanza, de la muerte a la vida».
Dijo también que ese tránsito ha sido posible gracias a la confianza, la calma y el ánimo demostrados por los ecuatorianos, pero también por la coordinación del Gobierno con las instancias nacionales e internacionales que han ayudado al país en emergencia.
Ahora es necesaria «una fuerte inversión» para reactivar la productividad, generar empleo y lograr que los ciudadanos empiecen a recuperar su cotidianeidad, indicó.
Junto a la creación de empleo, importante para reducir la vulnerabilidad de la costa ecuatoriana ante problemas como la influencia del narcotráfico, el ministro destacó la importancia de prevenir los abusos sexuales en los albergues y señaló que, si se logran estos objetivos, la ciudadanía estará en mejores condiciones para «dar el siguiente paso» en el proceso de reconstrucción.
En Pedernales murieron 166 personas y 2.500 casas quedaron reducidas a escombros. El terremoto solo dejó en pie trece de los 35 edificios de la ciudad y, aun estos, quedaron en muy mal estado, según fuentes del municipio.
La industria del camarón, pilar de la economía local, resultó muy afectada por el temblor, que dañó muchas de las piscinas donde se crían los camarones, por lo que en la actualidad se estudian iniciativas para relanzar ese sector.
También el turismo resultó muy golpeado por la sacudida y hoy la playa de Pedernales muestra numerosos establecimientos comerciales destruidos, mientras que otros resistieron la arremetida, pero quedaron tan dañados en su estructura que de todos modos serán derribados, al igual que muchas otras edificaciones de la ciudad.
La agenda de García-Margallo en Ecuador se completa con un recorrido por el devastado sector de Tarqui, en la ciudad de Manta, 200 kilómetros al sur de Pedernales, y desde ahí el ministro tiene previsto viajar a Cuba