El documento llegó a manos de la Alcaldía capitalina el 10 de octubre y confirma que la ciudad se encuentra en un riesgo permanente de sufrir sismos de diversa magnitud ya que está ubicada en una franja de fallas geológicas.
El estudio diagnostica que la urbe no está lo suficientemente preparada para un terremoto, por lo que es necesario realizar evaluaciones sísmicas y constructivas a edificios municipales y edificaciones de toda la ciudad.
Además, recomienda que Quito cuente con un programa de seguros para construcciones formales e informales y programas de evaluación de desastres.