Ante la Comisión de Fiscalización de la Asamblea, De la Torre aseguró que «el uso temporal de los $ 300 millones de la cuenta para la reconstrucción de Manabí y Esmeraldas, para superar un problema de iliquidez, ahorró al país decenas de miles de dólares».
En ese sentido, el exfuncionario señaló que su gestión como ministro de Finanzas obedeció a un manejo responsable y técnico de la caja fiscal, pues la operación temporal efectuada con estos recursos «cumplió todos los procedimientos establecidos en la Constitución y la Ley».
Enfatizó que si no efectuaba el traspaso temporal de esos 300 millones, la otra alternativa que tenía el Estado ecuatoriano habría sido recurrir a un préstamo internacional de corto plazo, con intereses sumamente altos, en perjuicio de la ciudadanía.
Carlos de la Torre explicó que el movimiento duró 14 días y no perjudicó los pagos con cargo a la cuenta de la Reconstrucción. “Cumplí con el mandato de la Constitución en el sentido de atender prioritariamente los derechos de primera generación, porque al entregar recursos para los gobiernos autónomos descentralizados y para el pago de sueldos de varias instituciones del Estado, procuramos el bienestar de estos ciudadanos y sus familias».
El exministro restó validez a los argumentos en torno a la aplicación de la regla fiscal por la cual los gastos permanentes solo se financian con ingresos permanentes.
Dijo que, según el inciso del artículo 81 de Código de Planificación y Finanzas Públicas, prevé el uso de esta regla en términos presupuestarios, no de financiamiento. Apuntó que a inicios de este año, en rueda de prensa conjunta, entregó a la Presidencia de la Asamblea, en el período de José Serrano, todos los justificativos (documentación) de esta operación.
Finalmente, destacó que en enero de 2018, luego de haber cubierto este problema de liquidez, se logró la mayor colocación de bonos soberanos, a la más baja tasa de interés del mercado.
Fuente: El Telégrafo