La investigadora y periodista estadounidense-venezolana Eva Golinger denunció este lunes en Moscú lo que consideró maniobras de Estados Unidos para subvertir el orden institucional y derrocar a gobiernos progresistas en América Latina, con el ejemplo de Brasil, Ecuador y Venezuela.

En la sesión inaugural de un Foro internacional sobre el periodismo en la era actual organizado, Golinger expuso en detalles la tecnología usada por Washington con el apoyo de la gran prensa estadounidense y medios locales para derrocar primero al ya fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez en 2002.

Se refirió a los millones de dólares destinados por el gobierno norteamericano a través de la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid) a fin de financiar las nuevas tecnologías de la «información» por las redes sociales e influir directamente sobre los grupos juveniles, en particular.

En el caso de Venezuela, según Golinger, se desembolsaron más de tres millones de dólares para fomentar movimientos antigubernamentales por las redes sociales con fines golpistas y desestabilizadores.

Recordó que esa misma tecnología empleada contra Chávez en 2002, se puso a prueba contra el presidente de Ecuador, Rafael Correa, con «un intento de golpe de Estado por Twitter en tiempo real», pero no funcionó gracias a la unidad de todos los aliados en el continente para evitar esa intentona.

Dijo, además, que el juicio político entablado a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, fue alentado desde afuera con apoyo de los medios privados que representan los intereses de la oligarquía local.

Estados Unidos dedica unos 50 millones de dólares del presupuesto para la guerra propagandística, incluida la arremetida contra Rusia, además de los programas de subversión que siguen vigentes como los dirigidos contra Cuba, aseveró.

La también periodista de Rusia Today y autora del libro ‘El Código Chávez’, entre otros, resaltó el papel del canal multinacional latinoamericano Telesur en esos escenarios de combate por la verdad y un periodismo objetivo y comprometido en América Latina y el Caribe, igual que 57 años atrás fue concebida la Agencia Latinoamericana Prensa Latina como medio alternativo frente al monopolio norteamericano y las campañas de desinformación.

En su intervención defendió la necesidad de un periodismo con calidad, tolerante y responsable con el reflejo de la realidad y dijo abogó por un equilibrio entre el profesionalismo y la responsabilidad ética de los periodistas y comunicadores.