El director del Buró Federal de Investigación (FBI), James Comey, aseguró hoy que vigilan en EE.UU. a cerca de 800 posibles radicales inspirados por el Estado Islámico (EI), aunque el número de estadounidenses que intentan sumarse a las filas del grupo terrorista sigue cayendo.

En una rueda de prensa en la sede del FBI en Washington, Comey aseguró que la agencia federal tiene abiertos algo más de un millar de casos de personas que podrían haberse radicalizado o cometer actos violentos, de los que un 80 % son supuestos simpatizantes del EI.

El jefe del Buró recordó que la propaganda yihadista en internet sigue siendo un serio problema, pese a que el número de estadounidenses que intentan viajar a Irak o Siria para combatir en las filas del grupo se ha reducido.

El director del FBI consideró que la influencia de la causa del EI ha disminuido significativamente y los posibles simpatizantes se han dado cuenta de que es un «infierno» vivir en territorio del EI.

El mes pasado, Comey detalló que los intentos de viajar a territorio del EI llevaban nueve meses reduciéndose.

A su juicio, «no hay dudas» de que el atractivo de la lucha del grupo yihadista suní se ha mermado.

Casi dos años de bombardeos por parte de Estados Unidos y sus aliados y la presión de fuerzas kurdas e iraquíes han minado la capacidad del EI de recibir ingresos en Irak, mientras que el caos de la guerra civil siria, donde también interviene la aviación rusa, ha dificultado avances en ese frente.

Según documentos obtenidos por el experto Aymenn Jawad al-Tamimi, especializado en el grupo yihadista y miembro del centro de estudios Middle East Forum, algunos combatientes del EI están viendo recortados sus salarios.

Además, el nivel de combatientes extranjeros ha pasado de un máximo de 35.000 a 25.000, según indicó en febrero pasado el enviado de Estados Unidos en la lucha contra el yihadismo, Brett McGurk.