Ya se divirtieron los swifties, los mirreyes y ahora fue el turno de los millenials, quienes esperaron 15 años para reencontrarse con RBD, el fenómeno que marcó sus adolescencias y que este año decidió darles la sorpresa de reunirse para una gira de despedida, convirtiendo el concierto de anoche en uno de los más esperados de 2023.
Previo al comienzo del primero de los siete shows que ofrecerán en la capital, la euforia estaba al tope. Desde las afueras del Foro Sol los fans comenzaron a arribar en sus mejores outfits alusivos, desde el icónico uniforme de la Elite Way School, abundando los sacos rojos, corbatines, faldas y jeans de mezclilla, y uno que otro detalle personalizado.
A las 21:23 horas, desde las pantallas colocadas en el centro del escenario se proyectó un cielo estrellado y los gritos se desataron al estar conscientes de que el momento había llegado, los celulares y los corazones se prendieron al mismo tiempo. Pero lo que verdaderamente hizo cimbrar el recinto fue la aparición de los cinco integrantes, quienes aparecieron detrás de una pantalla que se abrió hacia los lados para descubrirlos montados en una tarima flotante.
Desde los cielos y con un escenario pintado de rojo, Anahí, Dulce María, Maite, Christopher y Christian, pegaditos, entonaron su tema Tras de mí, que por supuesto fue coreado de inmediato por todo su público.
¡Buenas noches, Ciudad de México!”, pronunció Anahí haciendo enloquecer a los 60 mil asistentes. “Bienvenidos nuevamente a la Elite Way School, generación rebelde”, continuó Christian. “Quince años después estamos aquí comprobando que realmente ustedes son generación Rebelde”, gritó Mayte. “Es un sueño para nosotros estar en casa, ¡gracias, México!”, expresó Dulce María. “Gracias por habernos esperado tanto”, añadió Christopher, preguntando para quién era la primera vez que los veían en vivo, donde más de la mitad alzaron los brazos.
Un poco de tu amor, Cerquita de ti y Aún hay algo formaron parte del set de bienvenida. Para su look, la agrupación optó por arrancar con algo más de gala y tintes rockeros.
El escenario no era menos llamativo que lo que sucedía entre sus protagonistas y sobre el mismo había una estructura con dos escudos a los costados que servían de pantallas laterales y lo que simulaba una corbata gigante colocada en el centro del lugar, formada de una pantalla gigante en el centro y el resto del corbatín era un corredor que se extendía hasta el primer cuarto de la explanada, desde el cual los integrantes se servían para convivir con su público y realizar algunas de las coreografías.
Otro día que va, Tenerte y quererte e Inalcanzable continuaron la velada, la último fue entonada por Christopher al piano. El sencillo cuenta con notas altas a las que el cantante en sus ayeres llegaba a la perfección, pero ahora batalló para interpretarlo, incluso desafinado un poco.
El público se desvivía tema tras tema, pero fue con Enséñame que aquello se convirtió en una fiesta de sonrisas, baile y canto. En su momento, Christian Chávez apareció en la pantalla desde un confesionario asegurándole al padre de una iglesia que estaba “cansado de pedir perdón”. Tras el video apareció vestido con traje charro rosado y acompañado de un mariachi entonó Tu amor. Y luego de cantar El Rey dijo “Mi bandera, por favor”, pronunció Chavez.
Celestial, Bésame sin miedo, Ser o parecer y Futuro exnovio resonaron para poner a bailar a la audiencia.