El duelo de ida tendrá lugar en la Bombonera de Boca el 10, mientras que el choque de vuelta será en el Monumental de River el 24. Ambos partidos darán inicio a las 17:00 de la tarde hora local (15:00 de Ecuador).
Daniel Angelici, presidente de Boca Juniors, y Rodolfo D’Onofrio, titular de River Plate, informaron sobre la decisión de que los dos encuentros se celebren sin público visitante en una rueda de prensa a la que también asistió el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Claudio Tapia.
Tapia indicó que a pesar del atractivo que genera el clásico argentino, la posibilidad de que acudan hinchas del club contrario -propuesta por el presidente Mauricio Macri-, “puede generar inconvenientes”.
Macri trasladó el viernes a los presidentes de ambos clubes la decisión de cómo debían jugarse ambos duelos poco después de manifestarse a favor de la presencia de público visitante, lo que generó un revuelo.
Desde 2013 que en el país sudamericano la mayoría de los encuentros de fútbol se juegan sin público visitante para evitar incidentes violentos. El anuncio de levantar la veda para un encuentro de tamaña trascendencia había despertado sorpresa puesto el riesgo que supone a pocos días de celebrarse en el país la cumbre de líderes del G20.
Boca ha ganado seis finales continentales y de conquistar la séptima igualará al también argentino Independiente. River ha ganado tres, la más reciente en 2015 con Gallardo como técnico.
La final tendrá lugar además en la antesala de la cumbre de líderes del G20, que se celebrará el 30 de noviembre y 1 de diciembre con los líderes más poderosos del mundo. La cita mantendrá ocupadas a las fuerzas de seguridad y supondrá todo un reto para las autoridades argentinas.
Fuente: El Universo – Nota original: LINK